Editorial / No. 237



Este número se editó a la par de uno de los eventos deportivos que más atención recibe a nivel mundial. Lo que se dice y hace en torno a éste, a los individuos y a los grupos sociales que participan en él desborda lo que sucede en el campo de juego. Algo similar sucede en estas páginas. ¡A LA CANCHA! toca espacios exteriores lúdicos y competitivos: el diamante del beisbol, los aros de gimnasia, los canales de remo en Cuemanco, los estadios de futbol, las mesas de arbitraje en el baloncesto e, incluso, más allá de toda delimitación artificial, el espacio en el que más nos acercamos a lo infinito: la alta montaña. Al mismo tiempo toca otros espacios interiores, aunque igualmente desafiantes, en los que se construyen identidades, amistades y rivalidades, que también son terreno de disputas y que, en ocasiones, poco tienen que ver con los deportes en sí mismos. Inicia el dossier “Permanencias involuntarias”, un ensayo en el que Roberto Christian Vázquez aprovecha una acalorada discusión futbolera para hablar de la mercantilización del juego y sus figuras, de la marginación de las selecciones femeniles, de algunos equipos que abanderan resistencias políticas y sociales y sobre los orígenes de la devoción por algún equipo. Este último tema también lo abordan Gabriela Muñoz, autora de “Sangrar azul” y Arturo Medina, autor de “No soy villamelón”. La primera relata cómo el beisbol y Los Dodgers fueron un asidero apasionado de esperanza en un momento difícil de su vida. El segundo es una suerte de reivindicación de aquellas personas que cambian de equipo —o que apoyan a varios— en una búsqueda de verdadera conexión e individualidad que puede llevarlas a desmarcarse de una tradición generacional.

En “Herencia”, uno de los dos poemas de este número, Luis Fernando Rangel describe un destino sellado por los balones y el olvido. Le siguen dos textos que juegan entre la crónica y el ensayo, y en los que coinciden los prejuicios y el futbol. En “Jugando sin genitales” Adriana Zárate cuenta el complicado camino que transitó desde pequeña hasta encontrar grupos y espacios donde practicar este deporte sin que ser mujer fuera considerado como una desventaja ni anomalía. En la dirección opuesta, “Salir del clóset deportivo”, de Israel Nicasio, da cuenta de estereotipos asfixiantes y hace una crítica del futbol como mandato social de la masculinidad en algunas escuelas.

Continúa Ana Karen Pérez Vega, autora de “El cuerpo que uso, pero no habito”, quien hace un recuento de su experiencia en competencias de remo de alto rendimiento y de las secuelas emocionales y físicas que una exigencia así dejó en ella. Por último, Antonio Miguel Muñoz Ortiz narra un alleycat que tiene como pista la ciudad de Puebla, una agitada crónica que lleva por título “Sol para volvernos locos” y que contagia el ánimo callejero, alegre y de compañerismo que caracteriza estas competencias.

El Carrusel de este número lo inaugura una minificción de otro mundo a manos de Ana de Anda: “Campeonato intergaláctico de jugadores de gallito”. El siguiente texto, “Crónica de un ascenso intergeneracional a la cumbre del Mont Blanc”, es un homenaje a la montañista María García y Valdés —una de las primeras alpinistas mexicanas— en el que Sama Vagamontes cuenta los preparativos, el transcurso y los inesperados giros de una travesía que los condujo al centro mismo de la amistad. Para Entre voces Cynthia Spinola recupera la experiencia de cinco árbitras de baloncesto originarias de distintos estados del país y muestra lo difícil que ha sido para ellas ejercer su profesión en un medio todavía machista. El segundo poema de esta edición, “Tiro libre” es de Daniel Pérez Segura y acompaña la postal desprendible que se encuentra en la solapa trasera de la revista. En la sección Tinta suelta, Laiza Onofre nos comparte “los lunes de amazonas” y "Stephany mayor", dos historias breves sobre niñas y futbol. Agradecemos también a las autoras y los autores que compartieron fotografías de sus propios archivos para acompañar los textos, así como a Brenda Pichardo, Luis Eduardo Pérez Vega, Derek de la Paz Rodríguez y Quierosertuperrx por traer a estas páginas sus trazos y su mirada. El equipo de Punto de Partida le desea a todas las personas que le dan vida a esta revista con su trabajo y su lectura que este 2023 sea un carrusel de alegrías.

Aranzazú Blázquez Menes