Carrusel  | Bajo cubierta / No. 231

Explorar los caminos del placer
Marisabel Macías
Las Hedonistas. Mujeres que narran placer y deseo
Lapicero rojo
México, 2021, 93 pp.


Desde que decidí estar sola, darme tiempo y procurar
el compás sereno en mi marea, he dejado de ser el
monstruo o la infanta ingenua.
Marisabel Macías

Las hedonistas. Mujeres que narran placer y deseo es un libro que regala un despertar. Marisabel Macías, filósofa, promotora cultural y escritora, sacude cuerpo y mente con 12 relatos eróticos sobre mujeres que, aunque no coinciden en espacio o tiempo, se conectan a través de la búsqueda por plasmar su propia forma de vivir el placer.

Cada relato tiene el nombre de su protagonista, mujeres que surcan sus cuerpos a diferentes velocidades y ritmos, decididas a llevar el timón. Leer a Marisabel Macías se ha convertido en una experiencia marítima. Es abordar un velero, barco o botella y ser lanzada al mar, donde el destino es explorar las profundidades de la psique, el cuerpo y el alma femenina enunciadas desde el erotismo. Como capitana, su autora logra atraparte en un vaivén de prosa sin censura, directa y poética con la que expande el mundo del relato erótico fuera de los confines patriarcales en los que suele habitar.

La corporalidad y sus sensaciones son descritas sin pretender satisfacer deseos ajenos. Desde un erotismo que invita a la mujer a “vivir en primera persona”, la autora aborda otras maneras de describir el cuerpo femenino, el orgasmo y la menstruación, hilando cuentos que exponen ideas que ocupan la mente de muchas mujeres, pero que rara vez nos permitimos compartir con otras.

Ideas como el goce dependiente de otros, la virginidad, el machismo, la conexión impuesta entre maldad y sexualidad femenina, la forma en que vivimos los vínculos, el placer que sentimos al mirar a otros, lo que nos gusta y no nos gusta, son abordadas desde una mirada feminista que difiere de las narrativas masculinas que colocan a la mujer como objeto que concentra fantasías y un ente pasivo diseñado para cumplirlas. Aprovecha su lejanía de estas narrativas para colocar a la mujer al centro y, al hacerlo, puntualiza que el erotismo también es más que el sexo, que puede acariciar almas, ser vehículo o refugio de ausencias y pérdidas; es, en palabras de la autora, “un espectáculo interno que no se olvida”.

Cada mujer tiene una forma distinta de vivir el placer. ¿Cómo nos aproximamos a nuestros deseos? ¿Somos capaces de desear en nuestra vida diaria o nos perdemos en los deseos de otros? ¿Cómo vive su placer Miranda? Y con esta pregunta no pretendo hablar de mí, sino retomar la historia de una de las protagonistas del libro.

“Miranda” fue el relato que más resonó en mí, y no precisamente porque su protagonista sea mi homónima, sino porque se enuncia como una mujer entregada a la búsqueda del placer. “Tengo una necesidad casi agobiante por vivir historias diferentes, que me descoloquen, que me encanten”, declara esta poderosa protagonista, una mujer en control de su propio goce, que exuda libertad y agenda propia, lo cual resulta novedoso, atractivo e intimidante para el amante que la acompaña.

Ser descrita como una mujer “temible” y “mala” al ejercer o tener la capacidad de enunciar cómo queremos vivir nuestro placer es algo que cada vez más mujeres señalan como obsoleto y represivo. Es resultado de la influencia patriarcal que ha pesado estructuralmente sobre ellas y sobre su derecho al disfrute pleno de la vida. ¿Cómo alcanzar el poder de nuestro deleite? ¿Cómo nos alejamos de narrativas estereotípicas y arraigadas que limitan nuestros cuerpos y la forma en que exploramos el deseo?

En Las hedonistas podemos encontrar claves para acercarnos a una vida de goce. Para hacerlo, la autora nos invita a convertirnos en hedonistas, mujeres que, a su propio ritmo, exploren las cavernas del cuerpo y la mente para crear torrentes de placer que alumbren todo lo que nos construye: pasado, presente y futuro. Macías afirma que “dejarlo todo y empezar de cero despierta la fe en una misma. Y aunque de principio sea una experiencia atemorizante, es sumamente enriquecedora. Te pone frente a tu ser creadora”. Nos llama a la desconexión patriarcal desde el habla y la colectividad. A explorar la sanación que llega al compartir con otras mujeres lo que nos habita: placer, reflexión y dolor. A sorprendernos ante el orgasmo que representa rendirnos al placer de encontrarnos en las historias que nos nombran protagonistas y de conectar a partir de socializar nuestras vivencias eróticas con otras mujeres. A descubrirnos en el proceso como creadoras individuales y colectivas, con plena capacidad de abandonar ideas preestablecidas y de buscar el camino individual para ejercer el deseo a nuestra medida.