Carrusel / Bajo Cubierta / No. 224

A París por Madrid



Patricia Rosas Lopátegui.
Diálogos con Elena Garro. Entrevistas y otros textos.
Vols. I y II.
Editorial Gedisa.
Ciudad de México, 2020, 740 y 896 pp.


Quisiera no tener memoria o convertirme en el
piadoso polvo para escapar a la condena de mirarme.

Elena Garro


“A París por Madrid”, dice un señalamiento en pleno centro de la Ciudad de México. La primera vez que leí esas palabras acababa de mudarme, todo era nuevo y en la novedad encontré confusión. Por ello, a pesar de los más de 9 190 kilómetros de distancia, lo entendí como un señalamiento para dirigirse a esas dos ciudades; sentí como si sólo fuera necesario cruzar unas cuantas cuadras para llegar al destino. Después de imaginarme cruzando el Atlántico y Madrid para llegar a París, aplaudí la imaginación y la inocencia de una mente despistada.

Casi un par de años después, hojeo por primera vez Diálogos con Elena Garro, dos grandes y pesados tomos de Patricia Rosas Lopátegui; los hojeo con una intención clarísima y más que imposible: crear un vínculo y por ósmosis absorber 700 páginas de información y profundo análisis en segundos. Al pasar las hojas, algo hizo que me detuviera: el inicio de un capítulo en la página 99 del primer tomo. “MÉXICO. ESPAÑA. PARÍS”, leí, y enseguida me golpeó un déjà vu. De inmediato reconocí la experiencia: como la primera vez que nos encontramos, Elena. Ese momento me arrancó de mi cotidianidad y me llevó, por unos segundos, a un hallazgo sorpresivo, casi poético. La emoción genuina de sentir entre mis manos el peso de varias respuestas a las que alguna vez tuve preguntas. Así es leer sobre Elena Garro: tanto ha pasado, tanto se ha dicho y tanto no se ha dicho, que tener la posibilidad de conocer más, ir por el camino encontrando conclusiones y dogmas, es el tesoro que todos esperamos.

De una u otra forma, prácticamente todos conocemos a Elena Garro. Hemos escuchado parte de lo sucedido en el 68, sus andares o los no siempre exitosos intentos por homenajearla como se merece. Pero a pesar de que su vida siempre estuvo al alcance de los medios y de que conocemos al menos un fragmento de ella, su papel en la literatura y la historia mexicana sigue ensombrecido por todo lo que la ha rodeado. Es gracias al trabajo de Rosas Lopátegui que podemos alumbrar el círculo de información que existe en torno a Garro. Sus títulos anteriores nos han acercado poco a poco a cada una de las facetas de esta autora mexicana del siglo XX: El asesinato de Elena Garro (2005), Elena Garro: yo quiero que haya mundo (2008) y Cristales de tiempo: poemas inéditos (2016), entre otros. Ahora, en Diálogos con Elena Garro tenemos una nueva oportunidad para adentrarnos en sus investigaciones. Desde las primeras páginas logramos responder a preguntas soterradas sobre el paso de Garro por este mundo, y conforme avanza la lectura nos sumergimos en capítulos de su vida que hasta ahora no tenían una respuesta clara.

El compendio tiene un tono informativo muy marcado y constante; Rosas Lopátegui nos lleva por opiniones, anécdotas y momentos clave que nos permitirán conocer a fondo la historia que rodea a una de las representantes más importantes de la literatura en México y Latinoamérica. En las más de 1 600 páginas no sólo encontramos el punto de vista de críticos y figuras reconocidas —como Juan García Ponce, José Emilio Pacheco, Lucía Melgar, Edmundo Derbez, María Luisa Mendoza, Carlos Landeros y Alejandro Toledo, entre otros—, sino la voz de la misma Garro, tan afilada como siempre, hablando de lo que le parece y de lo que no, de sus obras, influencias, inspiraciones y metas. Un ejemplo que vale la pena mencionar es la reseña que hizo sobre La región más transparente de Carlos Fuentes: dura, crítica y directa, lo acusa de tener una imaginación sin pies ni cabeza e incluso de enloquecer al lector que se impacienta en la espera de absorber palabras que Fuentes no logra transmitir. Pues bien, esa reseña inteligente le costó ser rebautizada como Elena “Garra”. He ahí uno de los valores añadidos de ambos tomos: conocer de primera voz lo que Elena Garro —enunciándose como ella misma— tenía por decir, y las consecuencias (buenas o malas) que eso le ocasionó.

Fuera de la adicción que puede ocasionar una lectura por placer, Diálogos... ofrece información completa y fidedigna para cualquier investigación histórico-literaria, sin importar lo específica o lo universal que sea. Una lluvia de textos: críticas, reseñas, comentarios, entrevistas y fotografías sobre, para y de Elena Garro. Conocemos de manera detallada sus inicios en la literatura: las famosas tertulias en calle Etla, por ejemplo, en la casa que en esos momentos pertenecía a Francisco Tario y a Carmen Farell (vecinos de patio de la pareja Garro-Paz), y que durante la década de los treinta se volvieron costumbre, con lo cual Garro pudo abrirse paso entre reconocidos nombres de la literatura y las artes de forma sutil y sencilla, pues en esos momentos escribía mas no publicaba. Redescubrimos la raíz de sus grandes obras: su lado periodístico, muestra fiel de su ingenio. En el primer tomo encontramos artículos y entrevistas realizadas a Garro en las que habla sobre su relación con los campesinos de Ahuatepec; en sus palabras se refleja el genuino interés —casi cariño— que le despertaban ellos, por quienes hacía todo lo que estuviera en sus manos (llegó a desinflar llantas de Cadillac y Mercedes Benz pertenecientes a políticos e intelectuales) para hacer frente a quienes los trataban con desprecio y les negaban cualquier ayuda. Estos textos dan testimonio de que, desde sus inicios, Garro dio voz a los menos escuchados, algo que evolucionó después de que ella misma se convirtiera en un ejemplo de lo que pueden ocasionar las persecuciones, los silencios y el exilio.

Aproximadamente un tercio de ambos tomos está dedicado a lo sucedido en 1968. A más de 50 años del 2 de octubre, muchas cosas siguen sin tener sentido o respuesta clara (por lo menos para mí). Esos pasajes sirven para alumbrar aquella época, pues gracias a Rosas Lopátegui entendemos un poco más sobre los choques de Garro con otras personas del medio, sus alianzas con Madrazo, su intento de interceder en la situación con los estudiantes, la denuncia de Campos Lemus y sus acusaciones hacia 500 intelectuales, es decir: todo lo que terminó por empujarla al centro del conflicto, y que culminó en su persecución y posterior exilio. Después de estos capítulos nos topamos con la nueva etapa de Garro: su estatus de no persona, sus intentos por sobrevivir en Nueva York, Madrid y París, y la gran mancha que quedó en su nombre.

Es aquí donde ambos tomos aportan aún más a la investigación sobre Garro y, como dice Rosas Lopátegui, “reivindican su palabra”, pues acercan a la autora a la verdad desde diversas caras de la historia. Diálogos... toma y reúne la información necesaria para realizar una bitácora (así lo llama la misma autora) de los años de Garro, nos lleva de la mano y nos ofrece la oportunidad de entender la trascendencia de esa historia: la creación de sus obras más reconocidas, la defensa de sus ideales y los momentos de huida narrados por ella misma (un material hasta ahora inédito). Rosas Lopátegui nos permite formular nuestras propias conclusiones, y me tomo la libertad de informar al incauto que, una vez que te sumerges en el relato que se nos presenta, es difícil resistir las ganas de regresar a él, y terminas por ver y sentir cada episodio en piel propia.

El futuro lector encontrará en estas páginas a la gran Elena Garro: la peridista, la dramaturga, la cuentista y cuantos más títulos se merece; leerá sobre sus travesuras y tragedias narradas a varias voces (la suya incluida); y lo más importante: conocerá a la Elena que olvidaron, a la que venimos a recuperar poco a poco. Cuando la encuentren sentirán que ya lo conocían todo, que ya la habían leído antes, que ya habían andado a París por Madrid.