Sueño / No. 224

Revelación




La primera vez que soñó, Carlitos corrió en la madrugada para esconderse entre las sábanas de sus papás, también por primera vez. A la mañana siguiente, sin entender muy bien cómo había pasado la noche en uno y otro lugar, le suplicó a su madre que lo llevara a ese país lleno de dulces, sin tareas de Matemáticas y con casas en forma de castillo inflable. De inmediato, con gesto de confusión y molestia, su madre le dijo:

—Seguro estás así de caprichoso porque siempre te consienten en casa de la abuela. Pero aquí no, Carlos. Ya báñate para el bautizo de tu prima.

Carlitos lloró largo y tendido, esperando a que alguien se decidiera a cumplirle su deseo. No funcionó. Así, tras haberse limpiado los mocos y puesto un traje blanco con ayuda de su padre, los tres salieron tarde de casa, con el acuerdo previo de evitar la misa y llegar a la fiesta del bautizo.

Al bajarse del auto, Carlitos recordó que era domingo; no había tarea de Matemáticas, el salón de fiestas tenía un inflable en forma de castillo y en la entrada regalaban dulces a los más pequeños. Entonces Carlitos abrazó a su madre, queriendo esconderse entre las sábanas.