Reinvenciones / No. 223

Pez grande se come al
mundo
—leo—.

En forma de pregunta que fuera ley, observo:
Un mundo es pequeño pero flota en éter

y ahora:


el aire se llena de escamas sin peces —confundo—:
células sin núcleo con puntos sin letras [ N A D A ]

Turbulenta marea de información

[INFORME]: Ninguna solución hasta el momento —confirmo—

Números rojos crecen descontroladamente:
graficas de dispersión hechas de alfileres
y el dolor punza entre nadie y todos




ver PDF
¿Se volvió “común” lo amontonado? —pregunto—
¿convives o colindas [TRUMP]?
En todas las esquinas del mundo hay miseria,
hay dudas

y al fin algo de este sorbo se volvió común TRAGO

Mareas de “clics” simultaneamente aislados. Código morse para tus gritos

[ALERTA: ¡No te lleves las manos a la cara! ¡Que nadie ni nada te toque! ¡Que nada se vuelva lo único que quieras y pienses!
RESPIRA]
Entre      los      poros         del      cubrebocas      todavía      queda
[ a i r e ] ,
aire suficiente para un último poema —repito—.
Pero no te lo gastes en eso
aconsejan  Evita la intemperie del lenguaje  [RECUERDA]: Las palabras también guardan saliva y tocan los límites del mundo con sus manos de tinta…


ver PDF 223

ver PDF
Marcha frenética de adictos quiere
pararse en seco [PUNTO]. De tu fiebre, para tu
fiebre hay cura —murmuran— Pero
¡entiéndelo!
no está en tus manos, no está en el pulso acelerado
de esta pantalla continuamente encendida que tu
mente confunde con luz…

No está en el patrón repetitivo de estas letras, puntos y líneas que te mantienen
[ M U D O ] .


No está aquí
                        ni allí
ni en otra parte.
                         [ A B R A Z A ]

este manojo ligero de hierbas desprendidas de tu sueño.

Amarra tu rabia junto al amor gastado. Mantenlo cerca,

muy cerca de la almohada que fragua cada noche

la                efigie                incompleta                de                tu                rostro

[ F Ó S I L ]
Hay un mundo,
                       otro mundo,
                                            que empieza sin nosotros.
Si nos callamos,
si nos rendimos,
tan sólo un momento,
millones de neuronas-espejo nos responden,
millones de manos saladas nos devuelven,
                        como a peces encallados
                                                                a sus aguas.


ver PDF 223