Bestias / No. 220

Mutaciones



Soy
silbido naciente
en la lengua de la afonía.

Retumbo en la córnea
del mundo.

Infecta de patetismo
ando erguida en dos patas,
en cada latido
me viene el ansia,
la huida.

Caja de arena,
mi consciencia
agujero,
espejo pulido
por granos fugados
en el tamiz
de mi barbarie.

Espíritu de hiena en la sabana
¿qué cadáver echado al sol
ya pudrió sus tegumentos
y abrió los puentes colgantes
de su sangre a las hormigas?

Nadie vendrá a salvarme de mí.
Moriré en las redes de mi sospecha.

De salto en salto
asalto al mundo.
Robo de su polen,
hago mi semilla.

Me decanto
junto a las nubes.
Mi gracia escala
tremebundas alturas.

Caigo en descalabro
de la hora sacra,
prendo los cirios del alba.
Jalo al sol
para que pueda ser
otro día
que reviente
el plasma
de mi ombligo.

Marea de mí,
profundidad profana,
no alimentes
lo abisal de la tortura
si no has de regalar
la investidura,
filo que te brilla
entre las zarpas.

Mírame de frente,
aliméntame
con tus cuchillos,
estoy lista
para revelarme.

Al horizonte
el eterno yugo de la anchura
venga a nosotres el destierro
de lo lineal del tiempo.

El berilio de mi tercer ojo
brilla como la luna nueva.

No temo a lo oscuro,
la noche es mi camino.