Bestias / No. 220

Galletas de animalitos
(un bestiario para el desayuno)

                      
Era la mañana del séptimo día cuando Dios derramó la Vía Láctea sobre el universo.
Juan del Refugio


Primera galleta

Últimas bestias de la creación, las cebras corrieron en blanco y negro por la imaginación de un Dios cansado.

Segunda galleta

Haciendo del horizonte un tambor, los caballos despliegan su capacidad musical con la magia del galope. Además, nos presumen su fuerza al cargar sobre el lomo a miles de guerreros. Para todos aquellos que dicen que el arte y la guerra no se pueden compartir, los caballos les responden —de manera magistral— que sí es posible.

Tercera galleta

La nostalgia de la carrera lo condenó a seguir en marcha pese a la derrota. El conejo corrió tanto que terminó por elevar el vuelo y, tras dar una vuelta a la Tierra, cayó muerto sobre la Luna.

Cuarta galleta

La tortuga fue la primera amiga del hombre y de los dioses. Cuando se le dio el caparazón, entendió la misión que se le había encomendado. Cansada de traer el mundo a cuestas, la tortuga aprendió a caminar con la lentitud que sólo da la experiencia de balancear todo un planeta sobre la espalda.

Vaso de leche

Empeñados en comerse la Luna, los coyotes han aumentado su índice de muertes por ahogamiento. Por eso se han alejado de los ríos. Ya no caerán en la tentación de arrojarse al agua, en donde el satélite se refleja.