Carrusel / Heredades / No. 218

¡Gracias, Toledo!
Boceto biográfico


Soy un hombre pero algo tengo de animal; soy un animal que piensa,
que pinta, que se retrata en medio del mundo. De mi centro irradian
las ideas, de mi mano surgen las líneas; del mundo he salido y
regreso al mundo que invento con líneas y colores.

David Huerta



Primeros años

Florencia Toledo Nolasco, madre de Francisco Toledo, tuvo siete hijos. Todos menos Francisco nacieron en Ixtepec, Oaxaca, porque ahí vivía la abuela Cenorina, quien le ayudaba en los partos. Florencia cosía, atendía hijos, cuidaba el negocio del padre y apoyaba en la zafra. Sin embargo, aunque es juchiteco por herencia familiar y por decisión propia, Francisco Benjamín López Toledo nació en la Ciudad de México el 17 de julio de 1940. Él siempre dijo: "Uno es de donde se siente".1

Los abuelos paternos de Toledo se fueron a vivir a Ixtepec porque allá estaba el ferrocarril, pero —sobre todo— por los problemas que se generaron cuando se enfrentaron los partidarios de José F. Gómez2 con los Pineda. Los Pineda, que eran los verdes, apoyaban al gobierno de Benito Juárez Maza; los Gómez, que eran los colorados y rebeldes, querían recuperar las salinas comunales que Juárez Maza privatizó. Al más puro estilo de Romeo y Julieta, la abuela de Toledo era descendiente de los Gómez y su abuelo de los Pineda, y para evitar el conflicto se fueron de Juchitán.

La familia de Toledo se fue primero a vivir a Chiapas por los problemas políticos que tuvo su padre, quien fue líder de los trabajadores en el Istmo de Tehuantepec y cuya vida corría peligro frente al Estado. Posteriormente, cuando Toledo era niño, la familia se trasladó a Veracruz. Ahí, el general Charis le dio trabajo al papá de Toledo en Pemex, en Minatitlán. Fue un periodo de tranquilidad económica.

"Me mandaron de 13 años a la ciudad de Oaxaca a estudiar y estuve solo, por primera vez me enfrenté al frío".3 Sus padres decidieron que fuera ahí porque Che Gómez también había estudiado en la capital del estado, en el Instituto de Ciencias y Artes. Su papá quería que fuera abogado. Se hospedó con la tía Ceferina, pero nunca pasó del primer año de secundaria, aunque dedicó su tiempo a descubrir las iglesias, las catedrales, las pinturas, las tallas en madera y la fotografía. Un familiar que lo vio dibujarlo inscribió en la escuela de Bellas Artes de Oaxaca, abierta pocos años antes. Ahí, en palabras de Toledo, enseñaban maestros sin método; los alumnos realizaban ejercicios que consistían en copiar figuras humanas hechas con yeso. También tomó cursos de grabado con Arturo García Bustos y Rina Lazo, "discípulos de Frida Kahlo, muralistas de pulquería, nacionalistas inveterados".4 A partir de ese momento "la escuela se me olvidó, ya no quise ir".5

Ciudad de México

A los 17 años fue enviado a vivir a la Ciudad de México, porque su papá pensaba que había algo en el aire de Oaxaca que no le permitía educarse. Llegó a estudiar la secundaria, pero ya era grande y le resultaba complicado adaptarse. Intentó ingresar a La Esmeralda, pero ya había pasado el periodo de inscripciones. También quiso inscribirse en la Escuela de Arquitectura, pero finalmente ingresó a la Escuela de Diseño y Artesanías del INBA en La Ciudadela; en ella enseñaban grabado, oficios textiles y joyería; era dirigida por José Chávez Morado. Se inscribió en Litografía con los maestros Castelar, Dosamantes y Silva Santamaría, quien lo invitó a un taller de grabado en el que también trabajaban Alberto Gironella, Luis López Loza y Emilio Ortiz, entre otros. A su padre no le gustó la idea de que se dedicara al arte y le pidió que regresara a Juchitán a trabajar en el negocio familiar.

En la Ciudad de México vivió en la casa de los Medleg, una familia de origen árabe. El pintor Roberto Donis, que visitaba a la familia con cierta frecuencia, se interesó por el trabajo artístico de Toledo y se lo mostró a Antonio Souza —uno de los galeristas más importantes para los jóvenes de aquella época—. Souza se interesó en él y lo adoptó: lo aconsejó y le organizó su primera exposición en 1959, a los 19 años, y, poco tiempo después, otra en el Fort Worth Convention Center, en Texas. Su obra se vendió muy bien, las muestras tuvieron buena crítica y con ese dinero, más un apoyo de su padre, se fue a Europa a visitar museos y a conocer el mundo. Antonio Souza lo recomendó con diversas personas para que lo apoyaran en su travesía.

Europa

De acuerdo con Carlos Monsiváis, Toledo es el joven pintor que viajó a París en lugar del pastorcito de ovejas que viajó a la presidencia de la república.6 Por recomendación de Souza, llegó primero a Roma y después a París, en donde fue acogido por Olga y Rufino Tamayo. Toledo declaró que se sentía solo, a disgusto con el clima y la luz, pero encontró cobijo con los Tamayo, quienes disfrutaban de su último año en Europa. Acudía con frecuencia a comer a su casa y ellos lo orientaban.

Tamayo comenzó a ofrecer los cuadros de Toledo en las galerías, pero no los aceptaban, lo que molestaba al maestro Rufino, por lo que decidió mostrarlos directamente a sus clientes en casa; esto le permitió a Toledo permanecer en Europa más tiempo del planeado, cuatro años en total. Gracias a Tamayo conoció a una mecenas, la señora Raffita Ussía, que era coleccionista; Tamayo le pidió que le diera una mensualidad a Toledo para que pudiera sostenerse, y ella accedió a dársela durante un año sin aceptar obras ni nada a cambio.

Cuando Tamayo regresó a vivir a México, le entregó a Toledo sus herramientas de trabajo. Al enterarse, Octavio Paz le dijo: "¿Se da cuenta de lo que esto significa? Le está entregando la estafeta, le dio algo que usted debe continuar".7

Gracias a Souza, Toledo llegó a vivir en la casa de Georges Vinaver y de la bailarina Rocío Sagaón, pero ellos se fueron al poco tiempo. Entonces, Octavio Paz le ayudó a conseguir un cuarto en la Ciudad Universitaria de París. Ahí permaneció tres años hasta que lo echaron por problemas políticos: se anunció que el presidente Adolfo López Mateos visitaría la Casa de México en París, y el director de dicha institución les pidió a los artistas mexicanos que ahí vivían que hicieran obras para el evento de bienvenida. Rodolfo Nieto hizo unas banderas y a Toledo le pidieron reproducir el escudo nacional, pero no lo hizo. La obra no estuvo lista a tiempo, y en represalia lo corrieron, pero la mesa directiva de los estudiantes logró que el director se retractara de su decisión. Los estudiantes amenazaron con cerrar toda la Ciudad Universitaria para evitar que entrara López Mateos; los organizadores de la gira del presidente se enteraron del conflicto y cancelaron la visita.

Habían pasado cuatro años desde su llegada a París cuando la galería Karl Flinker, una de las más importantes para los jóvenes en ese país en aquel momento, finalmente lo aceptó. La exposición que fue organizada viajó a Nueva York, Oslo, Londres, Ginebra, Toulouse y Hannover, entre otros sitios.

Con el dinero obtenido invitó a su papá a visitarlo y juntos viajaron por España y Londres. Los relatos del padre y la cercanía familiar hicieron que Toledo decidiera finalmente regresar a México, ya que extrañaba el clima cálido y las sábanas limpias de su infancia.

Regreso de Europa

En 1968, de Olga Paz y bajo el cobijo del calor istmeño, nació su primera hija, Natalia Toledo, quien se convertiría en una poeta bilingüe. Al regresar a Oaxaca los objetivos del pintor cambiaron y cortó relaciones con la galería Flinker: "Mis intereses estaban en otro lado, en las comunidades que teñían sus hilos con colores naturales, en el índigo, en el añil; en algún códice antiguo y hasta en una feria de pueblo".8 Posteriormente se instaló con su nueva pareja, Elisa Ramírez,9 y con sus dos hijos, Laureana y Jerónimo (conocido más tarde como Doctor Lakra), en el rancho de Lachixopa, a las afueras de Ixtepec.

En 1984 conoció en París a Trine Ellitsgaard, y cuatro años después ella viajó a México con su hija Sara. Más adelante nació Benjamín (1994) y en ese periodo Toledo volvió a experimentar.

Activismo social y cultural

A lo largo de su vida, a Toledo le tocó presenciar la destrucción ecológica, la industrialización de los procesos artesanales, la sustitución de las costumbres, la explosión demográfica y los distractores mediáticos, entre otros procesos globales; contra todos ellos tuvo una fuerte reacción personal. Esto marcaría su carácter como una persona fuertemente interesada en participar de manera activa en lo que acontecía en su entorno.

Como parte de los movimientos políticos democratizadores de México, surgió en el Istmo la Coalición Obrera Campesina Estudiantil del Istmo (COCEI), que ganó de forma inesperada y dramática las elecciones municipales en 1981. Así, Juchitán se convirtió en el primer municipio mexicano en ser gobernado por un grupo político de corte socialista; esto llamó la atención de numerosos periodistas nacionales y extranjeros, de científicos sociales y escritores.10 Como ha sucedido tantas veces, este movimiento sufrió una destitución violenta y sanguinaria por el gobierno mexicano en 1988.

Toledo apoyó la causa y en 1982 fundó, junto con Elisa Ramírez y un grupo de juchitecos, la Asociación Civil José F. Gómez, la cual impulsaría la creación de la Casa de la Cultura de Juchitán, institución ejemplar que se destaca por realizar un importante número de exposiciones y por tener un valioso acervo de pinturas y obras artísticas.

Tras este hecho, Toledo se convirtió en un objetivo político y fue amenazado y golpeado por paramilitares. Como resultado de esta agresión abandonó Juchitán, lo que coincidió con su separación de Elisa Ramírez. Actualmente, poco después del fallecimiento del artista, el presidente municipal de Juchitán presentó una propuesta, que esperemos que se cristalice, para que la Casa de la Cultura de esta ciudad lleve el nombre del artista.

Compromiso social

El compromiso social de Toledo tuvo dos vertientes, una como activista y otra como ciudadano especialmente generoso. En el primer aspecto destacan su lucha por el patrimonio arquitectónico e histórico de Oaxaca al impedir el establecimiento de un McDonald's en el centro de la ciudad; su lucha por la diversidad de los maíces nativos de México, amenazada por los cultivos transgénicos desarrollados por la voracidad transnacional, y la defensa del Cerro del Fortín al impedir la construcción de un centro de convenciones. En los últimos años fue muy conocida su muestra de solidaridad y preocupación por la desaparición forzada de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, contra la que se manifestó haciendo volar papalotes impresos con sus rostros.

En el segundo rubro, además de donar y promover la restauración de numerosos inmuebles, defendió la cultura de los pueblos indígenas: desarrolló materiales didácticos para niños en diidxazá (zapoteco istmeño), otorgó recursos para la escrituración de lotes para familias mixtecas y vendió parte de su obra para apoyar la reconstrucción de Juchitán tras el sismo de septiembre de 2017, entre otras acciones.

En 1988 cedió su casa para crear el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO), espacio abierto al público que originalmente iba a ser un museo que resguardara la obra gráfica de Tamayo. Actualmente el IAGO posee una colección de obra gráfica y una biblioteca conformada en su mayoría por libros donados por Toledo, también alberga una sala de exposiciones y en él se ofrecen conferencias y presentaciones de libros (muchos artistas que hemos estudiado en Oaxaca nos formamos ahí). En 2011 se abrió una nueva sede, también en el centro de la ciudad de Oaxaca, que resguarda el resto de la biblioteca del IAGO, el cual suma ya alrededor de 80 000 volúmenes —lo que la convierte en uno de los acervos de artes y literatura públicos más importantes de Latinoamérica—.

En 1992 Toledo encabezó a un grupo de ciudadanos y artistas que promovieron la creación del Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO). Dos años despúes, luchó en contra de la construcción de un estacionamiento subterráneo en el Centro Histórico de Oaxaca y propuso la creación del Centro Cultural Santo Domingo con ayuda del Patronato Pro Defensa y Conservación del Patrimonio Cultural y Natural de Oaxaca, A. C., el cual abrió sus puertas al público en 1998. A la par de este proyecto impulsó, junto con otras personas, la creación del Jardín Etnobotánico de Oaxaca y la recuperación del fondo bibliográfico de la Universidad Autónoma Benito Juárez, iniciativa que culminaría en la creación de la Biblioteca Francisco de Burgoa, que preserva más de 30 000 libros. En 1996 donó otra de sus casas para la creación del Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo y formó la Biblioteca para ciegos y débiles visuales Jorge Luis Borges, que actualmente está integrada a la Biblioteca BS-IBBY y cuenta con becas y talleres permanentes de enseñanza del lenguaje braille. Además, fundó el Archivo José F. Gómez (hoy Archivo Toledo-INBA), que aloja más de 20 000 piezas fotográficas y gráficas. En 1998 abrió el cineclub El Pochote, que ofrecía proyecciones gratuitas. En 2006 impulsó la creación del Centro de las Artes de San Agustín (CaSa), primer centro ecológico para las artes en América Latina, el cual es vecino de otra de sus iniciativas, la fábrica Arte Papel Vista Hermosa. En 2013 donó un terreno para la Casa Matemática Oaxaca, proyecto que no se concretó. Todo esto a la par de la conformación de Ediciones Toledo, Editorial Calamus y las revistas Alcaraván, El Comején y Guchachi' Reza (iguana rajada). Por mencionar algunas otras actividades, impulsó la creación de la Fonoteca Eduardo Mata, el rescate de los archivos históricos de Oaxaca, la Asociación Civil Pro-Oax y el Telebachillerato Comunitario núm. 84, en San Agustín Etla.11

Palabras finales

El maestro Francisco Toledo sembró la cultura del mundo para cosechar un arte arraigado en su territorio. Para la historiadora de arte Dawn Ades, la vitalidad de Toledo "emana de sí mismo y está muy lejos de apoltronarse y de disfrutar del estatus oficial de ser el mayor artista vivo de México".12 Fue un promotor de la cultura y la educación, y con un enorme cariño acercó el arte a la gente.

Sería una labor imposible enumerar todas las acciones positivas que Francisco Toledo hizo por la gente de Oaxaca y por su entorno cultural y natural. Al respecto, él bromeaba: "a lo mejor al final de cuentas lo que se dirá de mí es que fui un cacique cultural".13 Ojalá que, como ha dicho Elena Poniatowska, en nuestro país proliferaran "caciques" culturales así, que trabajen por la sociedad y la cultura sin afanes protagónicos. En su poema "Los justos", Jorge Luis Borges dice: "Esas personas, que se ignoran, están salvando al mundo".

Tras el sensible fallecimiento del maestro Toledo el 5 de septiembre de 2019, el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca se llenó de arreglos florales, velas, dibujos, fotos y personas con miradas tristes. Estas muestras espontáneas de cariño y agradecimiento, que también se extendieron en distintas partes del país, se deben a que el artista juchiteco luchó siempre por crear una mejor sociedad en diversos frentes, por fortalecer lazos comunitarios y por generar un entorno más rico y humano.

En una época en que, lamentablemente, gran parte de la sociedad trabaja sólo por sus intereses y su bienestar, Francisco Toledo realizó una inmensa labor en favor de Oaxaca y México, de sus niños y jóvenes y de la cultura en el sentido más amplio posible. Se fue una persona muy querida y necesaria para nuestra sociedad, pero afortunadamente nos deja un legado inagotable y toda la inspiración para seguir adelante. ¡Gracias, Toledo! Fuiste muchas cosas, pero, sobre todo, un hombre consecuente.




1 Angélica Abelleyra, Se busca un alma. Retrato biográfico de Francisco Toledo, México, Plaza & Janés, 2001, p. 18.

2 "José Fructuoso Gómez también conocido como Che Gómez (Juchitán, Oaxaca, 1858- 1911) fue un militar mexicano que participó en la primera etapa de la Revolución mexicana. Fue presidente municipal de su natal Juchitán y ante un intento de imposición política por parte del gobernador Benito Juárez Maza, llevó a su pueblo a la rebelión y al tratar de llegar a la Ciudad de México para hablar con el presidente Madero y explicarle la situación personalmente, cayó asesinado". (Fuente: Wikipedia. Consultado el 13 de octubre 2019).

3 Forbes México (6 de septiembre 2019). Rasúrate y péinate: la historia de Francisco Toledo [Archivo de video]. Recuperado de: <www.youtube.com>, consultado el 13 de octubre 2019.

4 Luis Carlos Emerich, Francisco Toledo, obra gráfica para Arvil 1974-2001, México, Arvil/Conaculta/INBA, 2001, p. 17.

5 FotoDesignMexico (25 de julio 2017). Francisco Toledo, pintor mexicano [Archivo de video]. Recuperado de <www.youtube.com>, consultado el 13 de octubre 2019.

6 Carlos Monsiváis, "Que le corten la cabeza a Toledo, dijo la iguana rajada", en Francisco Toledo, Madrid, Turner Libros S. A. / Withechapel Art Gallery, 2000, p. 82.

7 Silvia Cherem, Trazos y revelaciones. Entrevistas a diez artistas mexicanos, México, FCE, 2004, p. 343.

8 Ibidem, p. 347.

9 Para conocer más sobre el trabajo de la poeta, traductora y socióloga Elisa Ramírez, véase: Santiago Robles, "Entender al otro no es un problema de metodología sino de empatía", en Revista Código <www.revistacodigo.com>, 2018.

10 Howard B. Campbell y Martha Tappan, "La COCEI: cultura y etnicidad politizadas en el istmo de Tehuantepec", en Revista Mexicana de Sociología, volumen 51, número 2, p. 247.

11 El autor agradece a Sara López Ellitsgaard, directora de la asociación civil Amigos del IAGO, por su valiosa colaboración al conformar estos datos.

12 Dawn Ades, "Toledo", en Francisco Toledo, Madrid Turner Libros S. A. /, Whitechapel Art Gallery, 2000, p. 18.

13 Silvia Cherem, op. cit., p. 364.