Muros / No. 218

Respetttrans: El lugar sin límites



Texto y fotografías de Alejandra Aragón


Después de que Donald Trump amenazara con aumentar 5% los aranceles de productos mexicanos, el gobierno de México ha militarizado la frontera en Ciudad Juárez para bloquear el paso de inmigrantes mexicanxs, centroamericanxs y cubanxs a territorio estadounidense. El despliegue de la Guardia Nacional mexicana, las políticas antimigratorias de Estados Unidos y la actitud hostil por parte de la población de Ciudad Juárez acentúan la incertidumbre de quienes buscan asilo en este país. Algunas de las personas que no han logrado cruzar se alojan en albergues, unas más han conseguido trabajos precarizados, mientras que otras duermen en las calles o en casas abandonadas.

En este contexto, la Red Sororitaria de Personas Trans (Respetttrans, Chihuahua, A. C.) es un albergue que ofrece un espacio seguro para migrantes LGBTTTIQ y sus hijxs. Los estigmas, la discriminación y las constantes situaciones de riesgo orillan a este sector de la población a cambiar frecuentemente de región o de país. Respetttrans —espacio independiente que se sustenta con donaciones— fue fundado en mayo de 2018 por Grecia Herrera, enfermera y activista que ha trabajado para prevenir la propagación de ETS entre trabajadorxs sexuales y para auxiliar a lxs miembros de la comunidad que se encuentren en situación de calle o con problemas de adicción. El albergue es parte de una red de asociaciones que ofrecen asistencia en el proceso migratorio y exigen al Immigration and Customs Enforcement (ICE) implementar políticas contra la detención de personas transgénero, ya que algunas han muerto bajo custodia de las autoridades migratorias.

 

 

 

 



Mathews, de 20 años, estudió Comercio Internacional y trabajaba en un banco, pero ante el hostigamiento de las maras de su barrio para que demostrara que “era hombre”, decidió huir. Hace poco se enteró de que fueron a buscarlo a su casa. Como su padre se negó dar señales sobre su paradero, le propinaron una golpiza que lo envió al hospital.

 

 

 

 



Kourtney es originaria de Honduras. Huérfana, salió de la isla de Roatán a los 14 años. Se mudó de ciudad varias veces para trabajar y pagar cursos de inglés. Aprendió lo suficiente para dar clases, pero los padres de sus estudiantes decían que les podía enseñar “otras cosas”. Trabajó en un call center, del que fue despedida porque “no hablaba ni se comportaba como hombre”. Conoció a una pareja que le propuso transportar cocaína y metanfetaminas en su cuerpo. Meses después terminó en el hospital al borde de la muerte porque tres cápsulas con droga se reventaron en sus entrañas. Esto la hizo dejar su país para buscar un lugar donde expresar libremente su identidad de género.

 

 

 

 



Rosa, de 26 años, a los 13 fue vendida por su madre a un hombre de 80 para “hacerla que le gustaran los hombres”. A los 18 años quedó embarazada. Cuando dio a luz, huyó hacia otra ciudad porque ese hombre quería quitarle a su hijo. Montó una pequeña sala de billar con máquinas de juego. Después, cuando se exacerbó el hostigamiento por parte de las maras para pagar cuota, Rosa decidió abandonar su país.

 

 

 

 



El espacio comunitario Casa Centrox16 —dirigido por la artista visual Marcia Santos— organizó Cumbia contra la Migra, una tardeada en beneficio de Respetttrans. Las chicas presentaron un show de lip-sing y una pasarela con vestidos que ellas mismas confeccionaron a mano con retazos de tela y ropa usada.