Editorial / No. 215


Durante mucho tiempo, el cuerpo ha sido aquello de lo que tenemos que liberarnos: curarlo, arreglar sus "imperfecciones", callar sus pasiones y dudar de los sentidos a riesgo de caer en la irracionalidad o en el pecado. Irónicamente, el medio para contener esos males ha sido disciplinar los cuerpos. Quizá detrás de ello reside la oposición entre la mente —o el alma— y el cuerpo, lugar común enraizado en nuestro decir y hacer, y herencia que la modernidad reforzó con su elogio a la razón. Entonces, ¿por qué dedicar el dossier de este número a las corporalidades y no al cuerpo? Desde hace décadas se discute el uso de la palabra cuerpo por estar asociado a este dualismo; en cambio, corporalidad apunta a reflexionar y actuar ya no sobre —por encima de— el cuerpo, sino desde él, desde sus afectos y a partir de la energía que lo individual teje en lo colectivo. Las imágenes y las palabras que atraviesan este número hacen eco de las voces que sienten y piensan lejos de normas oxidadas e hirientes. Lanzamos esta convocatoria con la idea de que poner el cuerpo en papel sea, acaso, otra manera de reconciliar la carne y el logos.

Inaugura el dossier Valeria Guzmán, con versos que golpean el aire como los zapatos el tablao, y que transforman el miedo en fuerza: porque nos queremos vivas. Le sigue un poema que generosamente nos compartió César Cañedo de su libro Sigo escondiéndome detrás de mis ojos, que fue galardonado con el Premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes 2019. El dolor, quizá la mayor certeza del cuerpo vivo o de su ausencia, se manifiesta en las palabras de Alejandro Sal. P. Aguilar y de Elisa Díaz Castelo. A través de la crónica, Luis Romani nos comparte la historia de El Nene, un joven que relata sus experiencias y reflexiones en torno al "oficio más viejo del mundo". Por su parte, Juan Francisco Herrerías plantea en su ensayo la escritura como relación erótica entre el lenguaje y el mundo. Continúa Ana Lucía Terán con un poema que conjura el temor cotidiano a través de la amistad. Le sigue un cuento de Mariano Villegas Osnaya, ambientado en una cantina típica, y que destaca por la construcción de los personajes y sus atmósferas, un relato sobre los extremos a los que el deseo puede llegar. Ángel Vargas cierra el dossier con un poema en el que los monstruos que nos habitan detonan cualquier refugio.

Al Carrusel de este número llega Cuentagotas con una minificción de Rodolfo Munguía que expresa la soledad en carne propia. Heredades está dedicado al entrañable Sergio Pitol; a través de una entrevista con Leticia Tarragó, Christian Barragán nos acerca a la amistad entre ella y el escritor y, sobre todo, la relación de este último con los artistas visuales de su época. Para este Entre Voces, Magaly Olivera entrevistó a varios programadores de la Gira de Documentales Ambulante, quienes, a través de una polifonía, nos cuentan el compromiso del festival con la defensa de los derechos humanos y la diversificación de voces y miradas que llegan a la pantalla grande. Finalmente, en Bajo Cubierta Alonzo Caudillo nos invita a descubrir el poemario El sueño de toda célula de Maricela Guerrero, del que destaca que la clave para existir es "salvaguardar la vida (en) común". Por su parte, Andrea Tamayo reseña la segunda novela de Samanta Schweblin: Kentukis, una ficción que transcurre en un mundo poco distinto del nuestro, donde la hipérbole del voyeurismo no es sino un franco reflejo de la soledad.

La parte visual va a la par de las corporalidades contemporáneas: plural y disruptiva. Acompañan a los escritos imágenes de cuerpos que toman las calles para exigir justicia, texturas que se convierten en el lugar de la memoria y del paso del tiempo —como ilustra Iurhi Peña en Tinta Suelta—, corporalidades disidentes que se rebelan contra los estereotipos. Por último, en A Contraluz, Teporingo Lunar interpreta las enigmáticas palabras de Marcia Ramos.

Una vez más, agradecemos la generosidad de nuestros colaboradores, e invitamos a nuestros lectores a estar al pendiente de los siguientes temas para seguir haciendo suya esta revista. Que disfruten este número.




Aranzazú Blázquez