No. 125/POESÍA
|
|
|
Los pasos del visitante (croquis sobre el mar) |
Luis Paniagua Hernández
|
FACULTAD DE FOLOSOFÍA Y LETRAS, UNAM
|
|
I
En el abrevadero del muelle
beben las barcas suspendidas.
Cae el sol de las cinco de la tarde;
a estas horas
el puerto es una bestia dormida
y el mar su quieto sueño.
II
La penumbra deja escapar
a lo largo del malecón
un vaho
aparece el mar
como un dibujo
que la pesada bruma pacifica.
Es la hora del silencio
las olas rompen contra los farallones
la noche abre sus fauces:
líquido
el marinero sueña un mar de piedra.

III
Sueñan las barcas.
La noche suelta amarras más livianas.
La negrura borra el malecón;
el viento lo palpa.
La arena nombra las pisadas.
A lo lejos alguien pasa.
El mar sabe todo esto y se lo calla.
IV
En medio de la lluvia
se dibuja un puerto
frente al puerto se mecen
como barcas
las olas
olvidadas de sí mismas.
Marítimo
Enmudecen los astros.
Develan.
Se desgrana la luz;
Atraviesa los peldaños celestes.
El mar se desdobla
En un silencio todavía innombrable.
Posa el mar sus ojos
Bajo la sombra de las barcas.
Insomne mirada.
Ola tras ola cada parpadeo.
Deja de tejer frazadas,
El mar, para su soledad;
Húmeda mancha, húmeda ausencia,
Interminable ir y venir
Sobre sí mismo.

V
Insondable silencio.
No por insondable impalpable:
Húmedo sueño que cae
Sobre el propio sueño;
Larga noche movediza
Bajo las barcas que flotan
Somnolientas.
VI
Tremenda bestia
dormida debajo del desastre:
el mar que sueña
futuras tormentas
y naufragios.
VII
Torva bestia que no te quedas nunca
mar,
eres el extranjero
que siempre está de paso.
VIII
Qué bestia
si no tú
que te sustentas de miradas
que te persigues
sin alcanzarte nunca
sueñas, a veces,
que otros ojos te miran
sin reconocerte.
IX
Eres como el tiempo
mar,
cada instante te vas,
cada ola,
y no vuelves tú
sino un simulacro:
lo que vuelve es el agua
de otro mar
que ya nunca es el mismo.

X
Más allá del mar
está otro mar
que espera ser nombrado.

XI
La memoria del mar
se hace de barcos
varados siempre en otros puertos.

XII
Y más allá del sueño del marino
otros mares son los que lo sueñan.
XIII
Y sobre el mar
asombros,
retazos de los barcos
que alguna vez,
en sueños,
se han hundido.
XIV
En el alba
el canto del gallo
es un mástil:
reverdecen unos barcos
ya hundidos.
|
Ilustraciones:
De la serie Bitácora, de Citlalli Rojo, Escuela Nacional de Artes Plásticas
|