Carrusel / Bajo cubierta / No. 238

Los eufemismos: las cicatrices del exilio en la literatura argenmex


Los eufemismos
Ana Negri
Antílope
México, 2021, 129 pp.

Los procesos de creación de identidad no son sencillos, a veces se dan a través de heridas que laceran nuestra piel, dejando cicatrices y moldeando nuestro ser como alfareros. Las personas que son producto de migraciones viven estas heridas de formas exacerbadas, pues es a través de las varias culturas con las que están en contacto que conforman su identidad. Los eufemismos es una novela que refleja contundentemente los rastros que dejan en nuestra historia personal el pasado colectivo del que provenimos y las luchas por generar una identidad propia.

Ana Negri nació en 1983 en la Ciudad de México, es hija de padres exiliados argentinos, escritora, editora y doctora en Estudios Hispánicos. Fue a través de la beca del FONCA que en 2021 publicó ésta, su primera novela, en la editorial Antílope (también editada en Hablemos, escritoras en 2023). El texto hace una travesía por los caminos que entrelazan dos tiempos y geografías diferentes: la Ciudad de México, símbolo de una nueva identidad, y la Argentina de la dictadura, que acecha como un fantasma a Clara, la protagonista, a través de los miedos y desvanecimientos que presenta su madre a modo de eufemismos.

Clara es una mujer joven en sus treintas que se enfrenta con una de las cuestiones más complicadas que implica crecer: aceptar que nuestra identidad no está completamente en nuestras manos, que somos producto de cada una de las situaciones en las que nos encontramos, de las personas que conocemos y de las relaciones que formamos. La manera en la que hablamos manifiesta las cicatrices que tenemos, tanto en el texto como en el alma migrante. Como parte de la literatura escrita por los hijos de los exiliados argentinos, Los eufemismos ejemplifica magistralmente la manera en la cual el español argentino y el mexicano se consolidan en uno. Refiriéndose a la sensación que le causa estar en el Metrobús en la hora pico, Clara comenta: “Cuando las cosas se ponen así, apretadas, una junto a la otra, tan cerca que el olor a mierda de una se huele desde la otra; cuando todo está así, repodrido —como dirían en Argentina—, de la chingada para acabar pronto…”. Éste es un ejemplo de tantos que podemos encontrar en la novela, en donde, ya sea consciente o inconscientemente, el lenguaje se va entretejiendo y dejando su propia huella dentro del hablante.

Las relaciones madre-hija son la versión privada de la pugna entre modernidad y tradición, entre los orígenes y el devenir propio. Clara batalla al tratar de cuidar a su madre sin perderse a sí misma en la maraña de pasado que ella trae consigo. Ambas intentan buscar reparaciones, por lo menos económicas, de parte del gobierno argentino, pero la vuelta al pasado es dolorosa. El libro expone de gran manera el conflicto interno que genera aceptar el legado y la historia familiar y, al mismo tiempo, tratar de generar algo personal.

Sobre el estado de su madre como víctima de la dictadura, Clara reflexiona: “‘Los desaparecidos. Los muertos’, pensó, ‘faltan los rotos. Aquí ni siquiera se habla de los rotos’”. A lo largo del libro se muestra cómo, a pesar de que pareciera que las personas están bien, que la han librado, que han sobrevivido, las heridas no han sanado y se mantienen como lesiones abiertas que las dejan rotas. Porque una cicatriz, si bien puede sanar, nunca se olvida.

Los eufemismos es una novela amena, emprende un viaje hacia el autodescubrimiento, revela el peso de las herencias que nos llega sin querer, Los eufemismos, todo aquello que está pero que quisiéramos no ver, maquillar, soterrar y que al final nos hace querer olvidarnos a nosotros mismos.