No. 144/CUENTO BREVE
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Pirotecnia
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J. A. Nieto
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Facultad de Estudios Superiores-Acatlán, UNAM
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Dispone el rifle sobre el marco de la ventana. En un trípode la culata. Tardó horas en armarlo. Toma aire. ¿Habrá olvidado algo? Usualmente olvida cosas. Vuelve a tomar aire. No puede ajustar la mira. Vira de un lado a otro. El sol descendiendo. Las nubes rasas. El pavimento caliente. Sombras que vienen. Se alargan. Desaparecen. Ahora resopla. Saca de su bolsillo las balas. El calor crece como si estuviera vivo. Sudor en la frente. De nuevo resopla. Colocar las balas. El rifle hirviendo. Tiene que hacerlo. Pero quema. Se equivocó de balas. Regresa al cuarto. Revuelve cajas. ¿Dónde se encuentran? Estas parecen más largas. Vuelve a la ventana. El cargador las recibe. Perfecto. Luego probar el gatillo. Duro. Rechina. Aún duro. ¿Así es siempre? Va cediendo. Cede. ¿Para qué sirve esto? Lo ignora. Es sólo una manija. Mira su reloj. No queda mucho tiempo. Lleva un ojo a la mirilla. Cierra el otro. Parece ajustada. Un paisaje cristalino. Árboles de hojas doradas. Una moneda refulgiendo en el asfalto. Ventiscas que levantan el polvo. Otra vez certifica la hora. Cuestión de minutos. La cabeza del enemigo estallará como pirotecnia. Igual que en fiestas y posadas. Pero no logra concentrarse. Todos esos pájaros sobrevolando. Sus sienes laten. Envían y reciben telegrafía. Está llegando el enemigo. La mira se desajusta. Todo borroso. ¿Por qué no sabe afinarla? ¿Qué no es un tirador experto? Gira el rodillo. De izquierda a derecha. Va distinguiendo figuras. Al filo de una azotea por fin las aves. El blanco sale de un automóvil. Cuatro sombras dilatándose. Su piel crispada. ¿Cuántas veces tomar aire? Una vez más. Los ojos ofuscados. Frotarlos. Ya fijado el objetivo. El índice al gatillo. Que no resbale. Que no se atore. ¿Y si fallo? Cómo se adelgaza el sol. Cómo una brisa agita los árboles. Cómo no acertar. Lo tiene a merced. Los ojos del enemigo tropiezan con el ojo del rifle.
Ilustraciones de Sergio Vargas, ENAP-UNAM

Índice y gatillo. Carne contra metal. ¡Otra vez está duro! No puede dejarlo ir. Hace un esfuerzo. Su pequeño dedo. Aprieta la mandíbula. El estómago. Contiene la respiración. Jala el gatillo/pirotecnia/la parvada huyendo. El blanco se desploma. La sangre. La confusión. Ansiedad, primero. Desesperación, después. Los gritos de auxilio. Una mancha roja extendiéndose. El llanto. El horror. El corazón que se detiene. Aquella tarde luminosa. Aquel vecino muerto. Aquel niño y el rifle de cacería de papá.
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