No. 159/EL ALUD PÚRPURA/MESA 6


 

Zazil Alaíde Collins Aparicio

 

 



Día 10. Motivos del retorno

Pico el cebo. Los anélidos del recuerdo palpitan. Regeneran sus nódulos. El lanzamiento de las cañas me extrae las corrientes submarinas. El carrete aprieta las arquetípicas melodías que, como organillo, se elevan, agudas y repetitivas, implorando lutos para caídos, galas en nombre de lo genuino. Mi canto-sirena sostiene una letanía de quisieras. Heme aquí, otro delirante invierno ripioso de remembranzas escleróticas. Me encausan las migas de flores muertas y copas partidas, focos fundidos, espejos fracturados. Son las deudas. Esas deudas. Deudas de lo enfermo. Los momentos, como de costumbre con la rabieta, tienen los senos obstruidos, respirando por mi boca. Me acurruco. Un instante, recuerdo un instante y es la boca de la serpiente la que pelea por escabullirse en círculos concéntricos, besos azules. Y la loción de la amapola en un pájaro plateado, casi, casi. Y la amazona devorándolo. Y un baobab o árbol de la india. Qué más da la espalda que mi dedo índice extraña, qué más. Acaricio el escroto. Hablo. Acaricio el escroto, tibio perineo. Hablamos. Siempre sobre el infinito, galopando en mármoles o mesas de billar. Frente a un espejo, pero sin mirarlo. Fue nuestro mejor papel. Hablo. Despacio. Como en las nupcias. Desenlazamos los listones de encaje. Me chupa. Duerme. Por detrás, hablamos, enlazándonos. Sí, sí. Señalábamos al cielo. Usaba mi ropa. Olía a mí. Pantalón crema y blusa carne, con escote. Al otro lado del árbol, fue el sueño. Encontramos los ojos de los sally lightfoot e incluimos el abecedario de los lunares y las pecas. En los pies. Sin desfiles. Hablamos desde el nada más que hacer. Salir, luchar. Pero antes, esparcir las cenizas en mar abierto, nombrando a cada trepidante. Había que volver a que la sal curara las heridas.




Corazón de valva

Ulúlame la conchiolina
con tu canto de paria, 
              doméñame,
lústrame el nácar,
aunque sea de vez en cuando,
que las valvas de mi corazón
te modelarán sus lágrimas.

 

Zazil Alaíde Collins Aparicio (Ciudad de México, 1984). Estudió Lengua y Literaturas Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, donde cursa el posgrado en Letras. Colaboró en el consejo editorial de Lenguaraz. Ha publicado en medios como El Universal, Metapolítica, FETA, Casa del Tiempo. Es autora del libro Junkie de nada (Lenguaraz, 2009) y del poemario inédito Valva maresia, entre otros proyectos.