Jóvenes escritores zacatecanos / No. 213
 
 
Zacatecas, Zacatecas, 1996






El sereno

Perderte, escuchar el silencio. No, un graznar. Alas negras alzando el vuelo. Convulsiones, frío helando, calor ardiendo. Brujas, brujas, la vieja las espantaba. Fuego y atardecer. Blasfemar y escupir en las tumbas. Dejarte, sí, porque hiela de noche y se apagan las estrellas. Luna llena, tobillos que duelen, almas cansadas, en pena. Como la pena de abandonarte, escupirte, de no necesitarte más. ¿Escuchas? Se perdieron, se los comió la bruja y se los tragó la tierra. Secándose y pudriéndose. ¿Recuerdas? ¿Al fuego fatuo bajando por la montaña y al sereno cruel, calando hondo en los huesos? No preguntaron más por ti, ni te necesitaron, como yo al menos. Volver la mirada, ver el sol nacer. Igual que aquel parto. Gritos. Nunca cerraste la boca, los cuervos tampoco. El dolor que no cesa. Heridas que no cicatrizan. No pactamos con la bruja. De todos modos no volverías. Me odié sin piedad. Maldije la tierra. Los hombres de paja vociferaron desprecio. ¿Aún piensas en eso? Clamaba el despertar de las sombras. La montaña nos llamó. Las brujas murmuraron. Una alerta imperceptible de peligro. No hubo cuervos ese día. Sangre. Impotencia. Cansancio. Tomar tu cuello. Forcejeo y despedidas. Juro que me odié sin piedad. ¿Recuerdas? Nos decían que no fuéramos. Pero tú corrías, tan vivo como el sol. Te seguí sin remordimiento. No seguir a las brujas. No entrar en su trampa. Estar alerta de los hombres de paja. Que te miran y te apresan. No había cuervos ese día. No crujían las ramas de los setos. Nos salimos del camino. Grité que volvieras. Y volviste. No eras el mismo. Ojos sin luz. Quijada rota. Me asusté. Ahora sí alzaron los cuervos el vuelo. Perecía el sereno. Entonces los hombres de paja me hablaron, esos que ahuyentan a las aves y no las dejan volver. Y lo supe: debí pactar con la bruja, pero me resistí. Te deseé como antes, por eso no tuve de otra. Y no sé si el diablo me lo perdonó. Porque aquí abajo sólo calan los huesos y ya nadie huye del sereno.






Diana Isis del Hoyo Cortés. Estudia la licenciatura en Letras en la Universidad Autónoma de Zacatecas. Participante de diferentes talleres de creación literaria, como el coordinado por Javier Báez. Es miembro del consejo editorial de la revista Barca de palabras.