Llamada a media tarde

Una voz quebrada dice mi nombre
menciona el robo más déspota
el ladrón de tulipanes se ha llevado
las posibilidades de una muerte tranquila.

Pienso en su cabello de espiral
el llanto suprimido en sílabas
la voz que navega por ondas
todo inservible
inventado tarde.

Indefenso, niño, deja te abrazo
en las horas furtivas deslavadas en un bar
busca consuelo en los poemas declamados
en la orilla de la desnudez arrebatada
en las similitudes de los versos
también desnudos
y si lo encuentras yo cantaré el secreto al oído
de la polilla negra que nos ve desde la ventana.



ME EMBARGARON LA CASA
mis libros     el escritorio
la computadora
me embargaron la nostalgia
las letanías que repetí
mientras se consumía
la vela eléctrica del buró

También se llevaron mis gatos
mi velero y los sueños
me dejaron solo
con mi ropa empapada
y las ansias de quebrar cristales

Me dejaron solo
ojalá se hubieran llevado mi reflejo
pero en los charcos mi cara limpia
se repetía como sombras
acompañadas por mil soles.




Primeras letras

Enfrente de mi casa hay un árbol
en el que mi abuelo colgó una llanta
y pasé adentro atardeceres completos
en el vaivén del útero de caucho

Imaginé las líneas del tigre
a veces conté nubes antes de la tormenta
me enamoré de un niño con ojos de canica
de la embriaguez por el baile ondulante

También escribí mi primer poema
sobre el miedo a los anfibios
y el pelaje del caballo entre mis dedos
pasé horas repitiendo el mismo nombre

Sin embargo    un día
la llanta se convirtió en lugar común
para la niña que aprendió a cabalgar
y del hule   cuarteado por el viento
nació la metáfora de un jabalí.