No. 157/EDITORIAL


 

Uno de los aspectos más gratificantes de mi labor como editora en este entrañable proyecto de la Universidad Nacional es ver cómo por él transitan jóvenes que confirman su vocación a partir de estas páginas. El número pasado tocó el turno al poeta Luis Felipe Fabre, y en éste hace lo propio Claudia Posadas, quien habiendo ganado el premio de poesía de esta revista en 1997, recorre con paso firme su camino en las letras mexicanas y acumula ya diversas publicaciones y reconocimientos. Posadas regresa a Punto de partida con el poema “Casa en el viento”, que ocupa nuestro Árbol Genealógico y es, en coincidencia con el ánimo de esta sección, su regalo a las nuevas generaciones de escritores y lectores.

El número incluye dos dossiers: uno es la segunda entrega de trabajos premiados en el Concurso 40 de Punto de partida; el otro está dedicado a la poesía latinoamericana reciente. El primero abre con los ganadores de cuento breve: “La prenda”, relato pleno de tensión dramática, obra de Sofía Tierno Tejera; y “Cementerio de niños”, minificción de Antonio Montufar, apenas una línea, ejemplo de condensación narrativa. Presentamos también la crónica ganadora de segundo premio, “Nuevo Circo Massimo”, de César Alejandro Gabriel Fonseca, y la traducción que obtuvo el primer premio en su categoría, realizada por Yasmín Chombo: “Caso cerrado” (“Affaire classée”), relato de Jean-Luc Raharimanana, escritor nacido en Madagascar y avecindado en Francia desde 1989. Cerramos la sección de concurso con los trabajos acreedores de segundos premios en fotografía y gráfica: la serie documental “Fango, fe y Fidencio”, retrato de un culto que tiene su origen en Espinazo, Nuevo León, en las primeras décadas del siglo XX; y “Desechos”, aguafuertes de corte realista de Omar Ocampo Flores.

La segunda parte de esta edición es el dossier preparado por el poeta Luis Paniagua, una mirada sucinta pero sustanciosa a la obra de nueve poetas de tres países —Brasil, Ecuador y El Salvador—, que complementa una primera selección publicada a principios de año en esta revista. La reunión de estas voces, en palabras del compilador, “más que una contribución a cánones y legitimaciones, es un afán de proponer a los lectores otros acercamientos, desde diversos ángulos, distintos decires y diferentes formas de abordar un mismo ‘ómnibus’: el de la poesía joven latinoamericana”. Punto de partida presenta esta muestra con el ánimo de vincular la creación joven iberoamericana y contribuir así al ideal de integración de las distintas parcelas literarias que pueblan el continente.

El número se completa con una reseña de Arturo Vallejo Novoa sobre la novela más reciente del narrador bajacaliforniano Daniel Sada, y con la reproducción de obra de María Eugenia Figueroa, académica de la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM, quien generosamente comparte con nosotros un muestrario de su trabajo gráfico. A ella, a nuestros lectores y colaboradores, muchas gracias por participar en este empeño de la Universidad Nacional Autónoma de México.


Carmina Estrada