| No. 114/EL RESEÑARIO |
|
|
| Palabras a la carta |
Santiago Igartúa |
|
Julio Scherer García y Carlos Monsiváis
|
|
|
|
Mario Vargas Llosa
|
 La fiesta del chivo es una novela emocionante, ágil. Nos enseña algo más sobre la realidad latinoamericana, forma y llama a la reflexión sobre temas coma la fragilidad humana, el abuso del poder, la lealtad y la traición.Virtuoso el autor, desnuda la infame dictadura del general Rafael Leonidas Trujillo —El chivo— en la República Dominicana, desde la mirada de Urania Cabral, quien regresa a su país mucho tiempo después de la muerte del Benefactor de la Patria Nueva, como se hacía llamar Trujillo, entre muchos otros títulos que más que simples calificativos eran un insulto a un pueblo doblegado por treinta años ante la fiereza de uno de los personajes más megalómanos, sanguinarios y crueles de la historia latinoamericana reciente. Y a ese escenario llega Urania, autoexiliada en Estados Unidos, a enfrentar a sus fantasmas. En La fiesta del chivo los personajes reales se mezclan con los ficticios, hilvanados por una recreación histórica basada en una sólida investigación realizada por Vargas Llosa durante varios años. El libro nos descubre el apogeo y caída de un dictador, respaldado y posteriormente bloqueado y abandonado a su suerte —cuando ya no resulta útil a sus intereses— por los Estados Unidos, como lo hicieran en otros países del continente. La enigmática protagonista, personaje trágico, despierta la simpatía del lector: su historia es un retrato de la de muchas mujeres que vivieron el calvario del abuso de poder y, por qué no, es la metáfora de un país al que le ha tomado mucho tiempo liberarse de la opresión en un contexto que todo avalaba y justificaba: el robo al erario, el abuso sexual, la traición a los amigos, el asesinato de los adversarios y el servilismo a los poderosos. En fin, La fiesta del chivo es a la vez un recordatorio y un espejo de nuestra realidad latinoamericana.
|
En 1968 muchos no habíamos nacido, pero nos alcanza la huella del movimiento estudiantil y la represión brutal del 2 de octubre en Tlateloco.