No. 116/EL RESEÑARIO


 
Recomendaciones


Hugo García Manríquez



Raúl Zurita
Anteparaíso
Editorial Universitaria, Chile, 1997


 

garcia-hugo01.jpgLa obra del poeta chileno Raúl Zurita, nacido en 1951, y recientemente galardonado con el Premio Nacional de Literatura del año 2000, puede ser clasificada como “inusual”, dentro de las obras aparecidas en Latinoamérica en las últimas décadas. Desde sus libros iniciales como Purgatorio (1979), Zurita ha demostrado de manera notable un reposicionamiento crítico ante el lenguaje, así como ante la tradición literaria de lo “poéticamente aceptable” dentro del cánon latinoamericano. Ya en su primer libro se puede notar un proyecto global, unificado, un todo que paulatinamente crece, y que, quiero creer, es la creación de un paraíso. En Anteparaíso se observa el tono único de Zurita, en el que convergen tanto Dante como la Biblia, rodeando su discurso de una extraña y deslumbrante naturaleza.

El libro reúne las fotografías de una serie de frases escritas en el cielo de Nueva York en el año 1982 —poco después de haberse Zurita herido el rostro y los ojos— entre las que se puede leer “mi dios es hambre, mi dios es nieve, mi dios es vacío, mi dios es guetto, mi dios es no, mi dios es paraíso, mi dios es pampa, mi dios es chicano!”. Sobre ellas, el misino Zurita ha dicho: “Intenté cegarme porque pensé que esas palabras recortándose contra el azul serían infinitamente más hermosas si quien las había creado no las podía ver.”

En su poesía el paisaje juega un papel central al entablar un desconcertante diálogo con la historia reciente chilena y de América Latina: el desierto de Atacama, las alturas de los Andes y el Pacífico confluyen en un río nuevo, una vida nueva, como se titula uno de sus libros, con una voz que canaliza y reformula experiencias que vienen del pasado colectivo. Como dice en la introducción de Ateparaíso: “En un mundo más benigno el arte probablemente dejaría de ser necesario porque la vida, cada partícula de ella, cada emoción humana sería en sí misma un poema, la más vasta de las sinfonías: un mural hecho con los cielos, las cordilleras, el Pacífico, las orillas de las playas y los desiertos. Entre la poesía y el amor no mediarían, entonces, palabras.”

La obra de Raúl Zurita está construida sobre la base de un tono único, sin duda posicionado en el lugar de la desgarradura política y la búsqueda de nuevas posibilidades en la lengua para la poesía: “Adorados te dicen paloma los verdes pastos de Chile/ de fiesta soplados por todos los paisajes descendiéndote/ paloma del valle como si hasta los cielos nos quisieran.”


Augusto de Campos, Haroldo de Campos, Diego Pignarati
Galaxia concreta
Universidad Iberoamericana, Colección Poesía y Poética, México, 1999


 

garcia-hugo02.jpgSin duda Galaxia concreta es uno de los libros sobre poesía más importantes que se hayan publicado en México en los últimos diez años. El libro refleja una vez más el excelente trabajo e interés del argentino Hugo Gola, il miglior fabbro, incansable buscador, cuyo trabajo ha sido reconocido en todo el continente.

Galaxia concreta reúne el trabajo del grupo de poetas brasileños conocido como Noigandres, lanzado oficialmente en 1956, y conformado por los hermanos Haroldo y Augusto de Campos así como por Diego Pignarati. El libro está dividido en tres secciones: la primera de ellas recoge la obra poética de los autores; la segunda, la reflexión crítica dentro de ensayos y manifiestos, y la tercera se enfoca de manera especial a la traducción, a la que estos poetas concibieron como una forma otra de la creación —transcreación la llamaron—, de ahí sus traducciones del ruso, o la notable traducción de Maiakovski, o la del Finnegans Wake, o la de la poesía provenzal. En fin, de casi todas las lenguas de Oriente y Occidente. De esta manera se constituyó el movimiento de poesía concreta, abrevando de autores tales como Mallarmé, Pound, Joyce. Como el mismo Haroldo ha dicho, se trata de un movimiento que realiza una “síntesis de las poéticas de la modernidad a partir de Mallarmé (Un coup de dés, 1897), la poesía concreta brasileña se proclamaba ‘verbi-voco-visual’ y rompía los límites de las ‘bellas letras’ académicas, para situarse en la contemporaneidad de los desarrollos que tenían lugar en las artes plásticas y en la música”.

Galaxia concreta recoge partes fundamentales de una propuesta integral a la cual pocas veces tenemos acceso, dado el escaso número de traducciones que de ella se han hecho. La poesía concreta es, sin lugar a dudas, uno de los últimos y más influyentes movimientos de vanguardia literaria a nivel mundial del siglo XX. Todo esto es evidente en este libro, y me parece que su lectura representa un puente necesario para poder conocer los rumbos de la creación y la reflexión en torno a las artes y la modernidad.



Joâo Guimarâes Rosa
Gran Sertón: Veredas
Alianza, España, 1999


 

garcia-hugo03.jpgUna de las más grandes obras del siglo es sin duda Gran Sertón: Veredas, del brasileño Joâo Guimarâes Rosa. Autor heredero del modernismo brasileño, que apostó por la reflexión sobre el lenguaje y el cuestionamiento de la identidad nacional, así como del regionalismo, y que sin embargo supera ambas corrientes al incorporar neologismos, giros lingüísticos, habla viva que hace de ésta una novela que anda como un pez recién apresado en las manos, una incomparable carga poética del habla como si se tratara de un animal de plata que intenta escaparse y en sus culebreos configura el portento. Libro de altísimo nivel que puede situarse al lado del Ulises de Joyce, o también de la obra de Rulfo. Un Pedro Páramo de seiscientas páginas. Pese a su calidad, la lectura de esta obra ha sido siempre marginal, escasa, cosa que podría ser ciertamente extraña, pero no del todo, dada la tradicional indiferencia de muchos lectores enfrascados en la absurda misión de leer “lo último” desdeñando obras fundamentales y arriesgadas, como ésta. Resulta impresionante el tono oral, su riqueza sonora, la convivencia del mundo mágico, el habla. Una obra que pide ser oída más que leída, leída en voz alta en todo caso: “Amable usted me ha oído, mi idea ha confirmado: que el Diablo no existe. ¿Pues no? Usted es un hombre soberano, circunspecto. Amigos somos. Nonada. ¡El diablo no hay! Es lo que yo digo, si hubiese… Lo que existe es el hombre humano. Travesía.”

Gran Sertón: Veredas es un libro que está permeado de otros libros: El Quijote, Fausto, La Divina Comedia; libro que a fin de cuentas se transfigura por su tránsito en esas extrañas tierras, en esas extrañas palabras que dan rodeos en torno a la creencia en el diablo, o alrededor del amor de Diadorim la mujer-hombre. Palabras del Jagunzo riobaldo, libro y personaje, ambos rara avis de indudable genialidad, cualidad que tal vez ha confiado a Guimarâes al olvido. Pero que también le ha dado a su obra una permanencia pese a todo.