No. 118/EL RESEÑARIO


 
Acerca de J.R.R. Tolkien y El Señor de los Anillos


Gerardo Piña
UNIVERSIDAD DE EAST ANGLIA, NORWICH, INGLATERRA
 

pina-gerardo01.jpg Muchas veces se habla de los autores creadores de mundos. García Márquez hizo Macondo; Rulfo, Comala; C. S. Lewis, Narnia; Onetti, Santa María y Michael Ende, Fantástica. Sin embargo ninguno de ellos logró crear un verdadero mundo con la precisión de John Ronald Reuel Tolkien, creador de Middle Earth (la Tierra Media).

Tolkien nació en Sudáfrica en 1892. Participó en la Primera Guerra Mundial como lugarteniente; primero en Francia y después en Staffordshire. Al terminar la guerra regresó a Oxford donde inició su vida de catedrático. Durante muchos años se dedicó a impartir clases de anglo-sajón, filología germánica y literatura y lengua inglesas en la Universidad de Oxford y en Leeds. Fue el coeditor de Sir Gawaian and the Green Knight1 y escribió un ensayo que en su momento fue de mucha importancia para el estudio de otro gran poema épico clásico: Beowulf: The Monsters and the Critics (Beowulf: los monstruos y los críticos).

Las historias de Tolkien nacen en buena parte por su gusto de contar e inventar historias para entretener a sus hijos, principalmente a Christopher, el tercero de los cuatro que tuvo. Aquellos relatos dieron inicio a la construcción de una de las más grandes épicas de la literatura occidental: The Lord of the Rings (El Señor de los Anillos). En 1937, casi veinte años antes de su publicación, apareció The Hobbit (El Hobbit), otra novela que si bien no es indispensable para comprender El Señor de los Anillos, su lectura se complementa con ésta. En El Hobbit se narra la misión de Bilbo Baggins, el tío de Frodo (héroe de El Señor de los Anillos), quien tropieza con el anillo único, lo apuesta en una serie de adivinanzas contra Gollum para salvar su propia vida (Gollum quiere recuperar el anillo y además comerse a Bilbo), huye y participa en la expedición de los enanos que van en busca de recuperar el oro que les fue robado y que custodia Smaug, el dragón. Es en esta novela donde sabemos que el anillo permite la invisibilidad a quien lo usa (un elemento perteneciente a textos antiguos) aunque su uso conlleva ciertos efectos secundarios. Bilbo es el segundo ser afectado (Gollum es el primero) y Gandalf se da cuenta de ello, pero será hasta El Señor de los Anillos cuando las deducciones de Gandalf con respecto a dichas reacciones secundarias serán reveladas a Bilbo mismo y a Frodo, el héroe de esta nueva aventura.

pina-gerardo02.jpg El Señor de los Anillos comienza con un extenso prólogo dedicado a explicar quiénes son los hobbits, cuál es su origen e historia. Los detalles del mundo de Hobbiton se describen con tal precisión que parecen tomados de fuentes fidedignas. Este inicio es la parte más informativa aunque más lenta también de toda la obra, pero es indispensable para adentrarse en la Tierra Media, un mundo descrito con tanto cuidado y sin contradicciones que ha generado más de una enciclopedia acerca de sus diferentes habitantes y las historias de sus diversos pueblos y razas (seres humanos incluidos), así como diccionarios y estudios lingüísticos sobre los diferentes idiomas que hablan estos seres (principalmente el Elvish, la lengua de los elfos). La historia de los hobbits es una parte de la gran historia de la Tierra Media. Un lugar donde han habitado varios seres y dinastías —algunas ausentes al momento de nuestra lectura— cuyos ecos resuenan a lo largo de la obra.2 Las historias contenidas en la Tierra Media se entrecruzan, se difunden y se ignoran entre sus habitantes y protagonistas al igual que sucede con la historia de los pueblos de nuestro mundo.

A través de la lectura de El Hobbit y de El Señor de los Anillos el lector se da cuenta de que los hobbits no eran conocidos en la Tierra Media (con frecuencia son descritos por otros personajes como enanos, pero ligeramente más altos y con más pelo) y de que Hobbiton no es ni por mucho un lugar familiar para los enanos, los ents, los elfos ni los hombres de Rohan, entre otros. De ahí la importancia del heroísmo de estos seres dentro y fuera de la obra, ya que por una parte Frodo, Sam, Merry y Pippin son para muchos —Boromir, por ejemplo— los menos indicados pura una misión tan importante y peligrosa como es entrar a Mordor, la tierra de Sauron, para intentar destruir el anillo único en el fuego de donde fue creado y así restaurar el equilibrio en el mundo justo cuando el lado oscuro está a punto de apoderarse de él. Tanto los personajes de la Tierra Media como los lectores de épicas de nuestro mundo están acostumbrados a presenciar héroes poderosos y fuertes en este tipo de aventuras y no a ver a estos pequeños hobbits para quienes comer es una necesidad y un lujo simultáneos, que gustan de tomar el té y fumar pipa, que viven tranquilos cultivando sus bellos jardines y leyendo buenos libros. Éste es un elemento si no original, al menos sí atípico en estas narraciones.

pina-gerardo03.jpg Hablar de la historia en su nivel de trama es acaso más sencillo. La comunidad del anillo está integrada por nueve miembros entre los cuales hay representantes de distintas razas de habitantes de la Tierra Media: Gandalf, mago y sabio de la orden Istari; Aragorn, heredero legítimo del reino de Isildur, un hombre que luchó contra Sauron por varios años de diversas maneras, aprendiendo las costumbres de distintas razas y que en su época fue el hombre más sabio y quizás el guerrero más poderoso; el enano Gimli, hijo de Gloin, poderoso con el hacha; Boromir, hombre de Góndor, quien habrá de sucumbir ante la tentación de obtener el anillo; Legolas, representante de los elfos, quien como todos ellos goza de una vista privilegiada, es inmortal y posee un tino excelente con el arco y la flecha; y finalmente, los cuatro hobbits: Frodo (portador del anillo), Sam Gamgi, Peregrin Took (Pippin) y Meriadoc Brandybuck (Merry). La novela cuenta las aventuras de todos ellos y desde luego de otros personajes que se irán incorporando en la lucha contra Sauron, Saruman y los orcos. La narración va presentando los grandes cambios que ocurren internamente en todos ellos, en algunos casos son muy notorios como en Sam, el compañero inseparable de Frodo (en Hobbiton era su jardinero) y el propio Frodo; en otros, el cambio es más externo que interno como en el caso de Gandalf y Aragorn. Más de una batalla y de una historia de amor se cuentan en El Señor de los Anillos, más de una sorpresa aguarda al lector en cada uno de los tres volúmenes (que no por ello es una trilogía ya que la historia es una sola y debe leerse en orden). También, como en toda buena épica hay momentos de ternura y de intimidad. Usualmente esto ocurre cuando los héroes se preparan para una batalla; la nobleza, el miedo, la valentía, la piedad y la vileza de todos los personajes afloran en los momentos más inesperados.

pina-gerardo04.jpg La belleza de El Señor de los Anillos radica en la enorme riqueza literaria de la que nace y con la que se funde. A lo largo de la novela podemos encontrar personajes como Tom Bombadil, quien encarna la fuerza inmemorial de la naturaleza y está literalmente más allá de la posible destrucción del mundo,3 que sencillamente han sido omitidos en la versión cinematográfica de la novela. Las alusiones literarias y las canciones —escritas en verso—, cuyos contenidos van progresivamente separándose de la comarca hobbit hasta llegar a historias que tienen que ver con la guerra y con otros contextos en los que se encuentran los personajes (pasando por anécdotas divertidas y humorísticas), junto con muchos pasajes, resultan imposibles de llevar a otros discursos como el cinematográfico pero dan un carácter especial a la historia. A través de ellas el lector se siente más cercano a la comunidad del anillo y a sus integrantes ya que en el texto literario el viaje y la aventura toman su tiempo.

Si bien es cierto que los lingüistas y los filólogos conocedores de las antiguas gestas germánicas, de los poemas épicos clásicos y medievales, pueden detectar las fuentes de donde Tolkien tomó ciertos elementos para la construcción de su obra (decir obra en este caso es decir personajes, países, reinos, historia, idiomas, batallas y universos), también lo es que ésta resulta una extensión de todas ellas. El Señor de los Anillos empata a sus predecesores. Con esta novela, en la que presenciamos el destino a la manera de los griegos, pero también la suerte, los sincronismos y coincidencias que habitan las aventuras de los hombres todos, se vuelve a abordar un género que desde hacía varios siglos había caído en desuso: la épica.4 Desde luego estamos frente a una épica diferente, y el contexto en que la novela fue publicada por primera vez (en 1954)5 habla de un mundo más unido por la guerra. Tolkien escribió casi toda la novela durante la Segunda Guerra Mundial y es por ello que durante muchos años la crítica se empecinó en ver en ella los rasgos sociales, bélicos y culturales de la Europa de la primera mitad del siglo XX.

Es difícil para muchos lectores y estudiosos de la literatura reconocer que la fantasía y la imaginación tengan como referentes la fantasía y la imaginación (todo texto viene de otros textos). Sin ninguna duda un autor escribe influenciado por su contexto, pero no necesariamente para reflejarlo. De ahí que hoy día, tras haber dejado un poco de lado los estudios históricos de El Señor de los Anillos, haya quien busque en ella contextos sociales, antifeministas y freudianos, entre otros. Estas interpretaciones (posibles o no) no son relevantes para leer ni para comprender el texto. Lo mejor es acercarse a él sin el prejuicio de quien cree que al leer fantasía está leyendo necesariamente literatura menor o de escape. El Señor de los Anillos, precisamente por su enorme complejidad, resulta una novela muy simple que se lee de forma sencilla como lo que es, una historia de guerreros y de héroes.

All that is gold does not glitter,
     Not all those who wonder are lost;
The old that is strong does not wither,
     Deep roots are not reached by the frost.
From the ashes a fire shall be woken,
     A light from the shadows shall spring;
Renewed shall be blade that was broken,
     The crownless again shall be king.6

                                    The Lord of the Rings

 

 


1 Sir Gawaian y el caballero verde, uno de los poemas artúricos más entretenidos. Sir Gawaian es el sobrino del Rey Arturo y es quien acepta el desafío del caballero verde, quien un día llega a la corte del rey diciendo que él reta a cualquier caballero de la mesa redonda a que le corte la cabeza bajo la condición de permitirle a él hacer lo mismo un año después. Sir Gawain acepta, le corta la cabeza, y ante la estupefacción de todos, el caballero verde la recoge y se marcha prometiendo regresar.

2 Estas referencias se encuentran en los apéndices y en el Silmarillion, un libro inconcluso publicado póstumamente a la muerte de Tolkien, donde se narran los sucesos y genealogías que anteceden a la aventura de El Señor de los Anillos.

3 Tom Bombadil es un personaje posiblemente inspirado en la idea germánica que refiere a la Naturaleza como un ser masculino. Hay para ellos un Padre Naturaleza en lugar de una Madre Naturaleza.

4 No es mi intención aquí definir ni redefinir los géneros literarios. Entiéndase por épica una narración acerca de héroes y guerreros que incorporan mitos, leyendas, historia y folklor. Aunque en una épica los personajes femeninos son pocos y generalmente ocupan un papel discreto, en El Señor de los Anillos Galadriel, Éowin y Arwen tienen papeles centrales. Si se habla de un poema épico también podemos hablar de una novela épica.

5 En 1954 se publicaron las dos primeras partes y un año después, la tercera bajo el sello editorial londinense George Allen & Unwin.

6 No todo lo que brilla es oro/ No todos los que meditan están perdidos/ El viejo que es fuerte no se marchita/ Las raíces profundas no son alcanzadas por el hielo/ De las cenizas un fuego será despertado/ Una luz desde las sombras brillará/ Será renovada la espada que fue rota/ Será de nuevo rey el que no ciñe la corona.