No. 119/DEL ÁRBOL GENEALÓGICO 


 

Cuatro poemas dispersos 



Anabel Rodrigo

 

 

Poema primero

El silencio se prolonga entre dos estaciones
El invierno es térmico ahora
Reptan las horas por tu cara y tus ilusiones
Mi mano se desliza sobre el papel
Es lunes y no hay nada mejor que hacer
Beatriz encontrará esta tarde
a un Dante cada vez más fatigado y menos temible
La escritura se agota
Se nos termina el tiempo
La posmodernidad es también una comedia
que hacemos relevante a fuerza de hastío



Poema segundo

La lluvia es una mujer
húmeda en medio del desconcierto
Palpa nuestros rincones sin prisas
hasta dejarlos repletos

La lluvia es un lenguaje de vocablos simulados
reclamando los fetiches ocultos
las horas de viaje
nuestra memoria cansada

La lluvia es una mujer
que señala la nostalgia común
entre una estación y otra
del tren subterráneo



Poema tercero

Como el soplo de algún dios sobre la tierra
una ráfaga de aliento entreabre los cuerpos
Llueve entonces en ese territorio
el cielo se encrespa
y los caminos tienen un olor de árboles caídos
                                         de hojas despedazadas
                                         de húmedo encierro
Las mujeres somos poetas del cuerpo
ese abismo cercano
guerrero
gladiador cuerpo nuestro
de todas las batallas en que deseamos no estar

las del desierto
las de la noche y del día
aquellas donde se tuvo que volver a empezar
                                             las del deseo
Para habitar un cuerpo
debemos despojar a la noche
de todos sus misterios



Cuarto poema

Como acertijo que no desciframos
nos fluye
persistente el deseo
Condenado en el correr de los días
a ser delgada piel
enigma
milagro
En el silencio reposa
Con la presencia de un gesto cede
Como un viajero derrotado
inicia entonces
la transmigración de su alma
el peso que lo materialice
la llave que lo revele sustancia

 


Anabel Rodrigo nació en el Distrito Federal en 1960 y estudió Filosofía y Letras Hispánicas en la UNAM. Ha publicado Los poemas de Hania, Tribulaciones y Poesía sin autorización, además de encontrarse sus poemas en varias revistas y antologías. Actualmente colabora con la revista Los Universitarios, es docente del Centro Universitario de Teatro y trabaja en la Dirección de Teatro y Danza de la UNAM. En 1980 ganó el primer lugar de poesía en el concurso de Punto de partida.