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Entregaba un haz de polvo a la pobreza diamantina.
Ponía en la mano de la miseria
un puñado de imanes. Regalaba
espejos a los gemelos
para duplicar la semejanza.
Pero cuánto paliaba, en verdad,
esos dolores múltiples
con su boca profunda y extraía
del esternón la ruina y de la vértebra
una incesante palidez, una tortuosa
oblea de sequía.
Pero cuánto, en sus fines confesados,
metía en los vellones de los niños
y transformaba en sublime decilitro,
en sangre trasfundida
de la sien al tobillo
para los pasos visionarios,
para los nomadismos del cerebral domingo.
Preguntemos a público presente y al ausente:
¿No ha visto usted a Moreno
rondando al pie del Obelisco,
a la espera, al parecer, de la fechoría mística
y el agnóstico crimen, ansioso de perdonar
y armado con libros santos,
monumentales y potentes hisopos,
frascos lústrales, casullas diminutas
y estampas enormes?
Pasea, inquieto; se encaja en la neblina
y fuma como un dragón.
Vuelve la vista a uno y otro lado,
se alza el cuello con un gesto
en blanco y negro,
se detiene con una miseria suntuosa.
Trata de borrar lo que de él se ha escrito
y lo intenta con una modestia de basilisco.
Luego, seductor, sugiere una coma,
se pone académico, gramatical,
en grado sumo. Se desvanece después
como el efecto de una droga cuneiforme.
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David Huerta (Ciudad de México, 1949) es poeta, traductor y ensayista. Estudió Filosofía, Letras Inglesas y Letras Hispánicas en la UNAM. Ha sido becario del Centro Mexicano de Escritores, de la Fundación Guggenheim, del FONCA y miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Ha publicado, entre otros muchos, los siguientes libros de poesía: El jardín de la luz (1972); Cuaderno de noviembre (1976; 1992); Versión (1978; 1983); Lluvias de noviembre (en colaboración con Vicente Rojo; 1984); Incurable (1987; 1999); Historia (1990), por el que recibió el premio Carlos Pellicer por obra publicada; Los objetos están más cerca de lo que aparentan (en colaboración con Miguel Castro Leñero; 1990); La música de lo que pasa (1997); Homenaje a la línea recta (en colaboración con Gunther Gerzso; 2001); Los cuadernos de la mierda (en colaboración con Francisco Toledo; 2001); El azul en la flama (2002); Hacia la superficie (2002). Forma parte del consejo editorial de la revista Letras Libres y dirige el Periódico de Poesía. Recibió mención en poesía en el Concurso Punto de partida de 1968-1969.
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