No. 132/EDITORIAL




El pasado solsticio de verano celebramos, en la sala Carlos Chávez, la premiación del Concurso 36 de Punto de partida, en una ceremonia presidida por el coordinador de Difusión Cultural, Gerardo Estrada; el director de Literatura, Gerardo Kleinburg, y miembros del jurado. A treinta y seis emisiones desde que Margo Glantz lo convocara por primera vez como un apéndice de la revista que ella y Gastón García Cantú idearan, el certamen se ha convertido en pilar de este proyecto que lleva por nombre Punto de partida, y se ha consolidado como una de las fuentes de las cuales se nutre esta publicación.

Nuestro número de vacaciones, sigue dedicado a los ganadores de premios y menciones en el pasado concurso, esta vez como segunda entrega: “Poemas conjeturales y apócrifos”, acertada interpretación de Iván Cruz a mitos y personajes clásicos; “Novela negra”, cuento por demás breve y redondo de Iván Cruz Osorio, ilustrado por un grabado de Mario Maldonado que merece destacarse a la par del texto; “Anatomía particular”, ensayo fotográfico en el que Jesús Salgado retrata la belleza amplificada de siete insectos; “México antiguo”, serie de viñetas de Nieves Velasco que atestigua fielmente la majestuosidad de nuestra arquitectura colonial; “Memorial de la paranoia: sobre una final del futbol mexicano”, crónica del histórico bicampeonato Puma hecha por Rodrigo Martínez, y para cerrar esta entrega, el fragmento de novela de Alejandro Vázquez del Mercado: “Sucedió un martes”, certera descripción de un mundo imbricado de literatos, escritores y prestanombres.

Falta aún destacar el inicio y el final de este número. En el primer caso, abrimos con un dramático "Treno por la tumba de Celestino L.”, del poeta avecindado en Campeche José Landa, quien ha sido merecedor en dos ocasiones de reconocimientos en el concurso de Punto de partida, como poeta y como artista gráfico. Y cerramos con una excelente recomendación a la lectura a cargo de Édgar Mora, quien esta vez reseña la inquietante novela del estadunidense Jeffrey Eugenides, Las vírgenes suicidas.