Editorial / No. 211


Con esta edición, Punto de partida se suma a las actividades de la Dirección de Literatura inscritas en el programa M68 para conmemorar los 50 años del movimiento estudiantil en México y su represión por parte del Estado en la Plaza de las Tres Culturas. En este marco, Cultura UNAM ha organizado un amplio programa de actividades que contribuye con creces a mantener viva la memoria de estos hechos y a transmitir a las nuevas generaciones la importancia del movimiento, sus conquistas y su repercusión en la vida política del México actual.

Así, presentamos un dossier titulado “Nuevos ecos del 68 | 50 años”, compilado por el ensayista y narrador Eduardo Cerdán, quien reúne las voces de siete jóvenes autores que desde distintos géneros —poesía, cuento, ensayo, crónica— aportan una visión actual de los hechos. Tres mujeres y cuatro hombres nacidos entre 1987 y 1995, seis de ellos recientemente egresados de nuestra Universidad, crean o recrean a partir de una pregunta: ¿qué les dicen los sucesos del 68 a los jóvenes escritores de hoy, herederos de las libertades y los derechos que los jóvenes de entonces defendieron?

Con la intención de plantear un recorrido temporal de ida y vuelta, acompañamos los textos con materiales visuales de época: un conjunto de impresos populares producidos durante el movimiento en respuesta tajante al control de los medios de comunicación por parte del Estado. Como afirma Álvaro Vázquez Mantecón en La era de la discrepancia (UNAM, 2006), se trata de “imágenes anónimas, productos colectivos con la función pragmática de difundir las ideas y objetivos que impulsaban al movimiento”. Realizados por las brigadas de propaganda, muchas veces integradas por alumnos y maestros de la Academia de San Carlos y de La Esmeralda, estos ejemplos de “subversión visual” se extendieron por la ciudad pegados a los muros, repartidos como volantes o hasta transportados en la lámina de los autobuses de transporte público.

Además de producir imágenes a la manera del Taller de Gráfica Popular, el movimiento se apropió, con muy buena fortuna, de la iconografía diseñada por Lance Wyman y su equipo como imagen de los Juegos Olímpicos México 68, de los que incluimos algunos objetos promocionales. Al reinterpretar esta imagen, los jóvenes crearon obras que funcionaron como una herramienta fundamental del movimiento: a cincuenta años de distancia, los Juegos Olímpicos de México —que pretendieron ser un símbolo de paz— han pasado a la historia indisolublemente ligados a la represión ejercida por el Estado contra los estudiantes, y la gráfica popular del 68 constituyó una potente representación de los hechos.

También como parte de este discurso visual, abrimos el número con una composición de portadas e interiores de distintos periódicos del momento. Titulares como “La Universidad está en peligro”, comunicados de apoyo al presidente Díaz Ordaz, exigencias del regreso a clases firmadas por un “Comité del Auténtico Estudiantado” y una declaración de María Félix (“Hay que ofrecer nuestro mejor rostro y hospitalidad”) forman parte de un mosaico que pretende ser una muestra del discurso oficial propagado por la prensa, acusada justamente de vendida y corrupta por el movimiento. Además, contamos con dos valiosos testimonios del fotógrafo Rodrigo Moya: en portada, un registro de la multitudinaria concentración de estudiantes de distintas escuelas que marcharon junto al rector Javier Barros Sierra, profesores y funcionarios de la UNAM en defensa de la autonomía y en repudio a los violentos ataques del gobierno a la Universidad Nacional y a la represión contra los estudiantes; en la contratapa, un detalle que da cuenta del despliegue militar en la ciudad.

El número incluye además, al término del dossier, las cuatro reseñas ganadoras del 8° Concurso de Crítica Cinematográfica Alfonso Reyes “Fósforo”, convocado como parte del Festival Internacional de Cine de la UNAM. Tres de estas reseñas se ocupan de una película realizada entre 1990 y 2018 por Raúl Ruiz y Valeria Sarmiento sobre el retorno de la diáspora chilena tras el fin de la dictadura de Pinochet; la cuarta analiza un ejercicio de la memoria: La compañía que guardas, del mexicano Diego Gutiérrez.

Finalmente, queremos agradecer la colaboración de archivos universitarios y privados para la realización de este número: Archivo Histórico de la UNAM, Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación, Archivo “Manuel Toussaint” del Instituto de Investigaciones Estéticas, Centro Universitario de Estudios Cinematográficos, Javier Hinojosa, Susan Flaherty y Archivo Rodrigo Moya, que resguardan parte de la memoria visual de la época: piezas imprescindibles a la hora de reconstruir y conmemorar el Movimiento Estudiantil del 68 en México. 


Carmina Estrada