Diez poetas de Guanajuato (1982-1996) / No. 209
 
León, 1988






Aspiración

Era como ver la Vía Láctea
en cinco centímetros; como ver las
montañas del Tíbet puestas
sobre un cristal, era, tal vez,
como ver todas las playas
de México, Las Vegas y
las películas de Lars von Trier,
como Bowie, como Waits,
como ese sentimiento que vuelve
pero nunca se ha de repetir.




Longino

                                                                    A Julián

¿Cómo es escucharse por
accidente en un silencio
forzado?

Ahora sé, después de este corto
tiempo, que los drogadictos se conocen
por un gesto, no una mirada
ni el andar, ni las manos imposibles
de quedarse en un mismo sitio, ni la
desesperación de otra dosis, no
El gesto es el más viejo, el
más voraz, el del canibalismo: La Risa
La Risa saliente de unas entrañas
vacías, llenas de cenizas y humo,
La Risa casi grito que ha perdido toda
inocencia y juventud, La Risa de los
nervios del vienen por mí,
La Risa que llega después del gemido corto del crack
o de la lujuria larga de la inhalación
La Risa, prohibida en santos lugares,
es la culpable de desenmascarar a
es[t]as almas a la condena de
aceptar que el aluminio y el plástico
son otra parte de su/mi cuerpo




Horizonte

                                                                    A Sergio Loo

Mañana, quizás,
sólo la lumbre viva de mis versos
alumbrará los horizontes humillados,

quizá queden las cenizas
que recuerden el trazo libre,
quizá la memoria volará con el tiempo
y la mancha en el plato grite
que un amanecer agonizante está cerca.




Disono

                                                                    A Martín Martínez

Nací en un país que destila
el metal del hueso humano;
en una ciudad que apesta
al cuero de un animal
que no sabe si existe,
que me regaló un poco de
muerte o de nada, que
aquí vale lo mismo

¿País?
Esto parece, en todo caso,
las lágrimas de Medusa al verse
reflejada, tan horrible, mutilada,
violada, como ese primer día
después del ritual de comerme

Y mis dientes amarillos se transforman
en peces o en diminutos gramos
de coca recién horneada, y vuelven
a mí para temblar mientras
escucho el estruendo de voces
gimiendo por la oportunidad
de ver enterrados a otros

El volcán activo se caga
cuando delante de él
se sumergen ideas entre las
piernas de miles de mujeres
que luchan por ser o por no ser
El venado, la piedra y todo ha
quedado atrás, ahora surgimos, otra
vez, de sacrificios a no sé qué
dioses, a dioses amarrados a sillas,
electrocutados, golpeados, torturados,
decapitados y tirados en caminos
que llevan sólo a un punto
de partida

Y todos nos
estorbamos a todos, el ex D.F. me
estorba, Irapuato me estorba, mi
labio, bigote, escroto, todo me
estorba, YO NO SOY OTRO, porque
no soy yo

Sin embargo, estuvimos ahí,
los dos, mamando de la
perra de chiches gordas, éramos
Rómulo y Remo, pero victoriosos
en es[t]e agujero que llamamos
noche, las sirenas, la 26 de septiembre,
México, brazo, cópula; las luces se
ven desde el espacio que no ocupa nadie,
las ven los ciegos en sus cabezas,
y el otro Cruz y el otro México
que en ese universo paralelo nunca
ha pensado en la muerte ni en el suicidio

Pero seguimos cultivando la risa
de los demonios de la niñez,
cosa más pendeja que el celibato.
Y dios, ¡Puta Madre!, sabe
que estas tierras sin esperanza son
lo que yo podría olvidar si fuera
un idiota pseudoartistaintelectual
snob repetidor de otros idiotas,
consumidor, sin amor
por un solo centímetro de mí

Absórbeme en tu saliva ácida y
encadéname a esta rueda
ígnea, conviérteme en un
ángel dorado o en el dictador
condecorado por un animal
loco y desenfrenado que
se llama pueblo y hoy
es ignavo y repulsión de
                              todas las formas
                              que se adoran
                                        en este perro mundo.







Cruz Amador. Poeta y editor. Es fundador y director del colectivo de arte Zona de Reparto, así como director editorial del proyecto Migrante Magazine-Gto Magazine.