Del Árbol Genealógico / No. 201

Cuatro poemas

 



Eleva el sol su hostia

Silencio
se oye el tiempo
—¿o es el viento que ladra entre los montes?

Eleva el sol su hostia entumecida
su blanca oblea esplendente de día
ahuyenta a los vampiros y lobos de la noche.


Aterido me baña de blanca
luz pintándome de hueso
de polvo y cráneo
entre jirones y harapos
los ojos calcinados
la gruta de mi boca

—palabras sueltas chocan como piedras
como granos resuenan en mi sonaja seca—

la gruta
de mi boca
que se ahonda.




Animal de fondo

Y era bordear escaleras, bajar
del azor al abismo, animal
enrevesado de frío

y afuera pasmo adentro
en la fruición de la tarde tequilera
traqueteado entre sus intermitencias

y cada vez más ciego
más sordo
más amargo
a nada que no fuera su propio remolino
su terco desatino
su oscuro desarraigo.

Así fue como frío
atravesó el espejo: al otro lado nadie:
afuera nadie adentro nadie, apenas aire
(como si sólo fuera respirado).




A mi muerte

                                                                    And the wind whispers Mary
                                                                    Jimi Hendrix



Todas, acaso, prefiguraciones
de ti, la más bella.
La que viene a tomarme por entero.

De todas quise algo que me dieron
y luego me quitaron:

Una noche que ardió más de diez años,
diez años que duraron una noche.

Da igual.

Acaso todo fue un sueño.

Ahora sólo quedan —vaporosos, ingrávidos— sus recuerdos y tú.

Con la sola diferencia de que habrás de llevarme por entero para amarte.

Y, con todo, mío será el amor.




Business Oriented

De la nube sale una mano
de la mano un dólar
del dólar un trago
del trago una pistola
de la pistola un tiro
del tiro un muerto.

Del muerto un alma sube
hasta volverse nube.


Francisco Martínez Negrete (Ciudad de México, 19542016) fue poeta, traductor, editor y viajero. Cofundador, en los años setenta, de las revistas de poesía Versus y Paso de peatones. Trabajó para sellos editoriales como el Fondo de Cultura Económica, Miguel Ángel Porrúa y Espejo de Obsidiana. Fue autor de varios libros de poemas, entre ellos, Para esperar a Moby Dick (UNAM, 1996), A la dulcísima Muerte (Hotel Ambosmundos, 1998), Lapidario (Conaculta, 2006) y En el triángulo de las Bermudas, trilogía conformada por El temple (2011), Cambiar de corazón (2011) y Quién te supiera quimera (Ediciones sin Nombre, 2013). Entre 2000 y 2006 fue subdirector del Periódico de Poesía de la UNAM en su última época impresa. Los poemas aquí publicados pertenecen a la edición póstuma de su libro Qué epidemia de rosas. Baladas de amor y pérdida, de próxima aparición.