Del Árbol Genealógico / No. 200

Escaparate de pigmeísmos



Embrujaulados

Él se acurruca y ella, muy suavemente, con una piedad inútil, casi ridícula de tan perfecta, lo desacurruca.



Mecánica en general

Hay una hora del día en que pierdo la cabeza. Lo bueno es que tengo los lunes por la mañana para recuperarla.



Culo de mal asiento

Utilizó una computadora para escribir su novela, cuando con un mínimo de sentido común le hubiera bastado.



De mi aparato evocativo

Desde muy niño cambié la teta materna por la de la nana para empezar formalmente mi educación sentimental.



Intimidad de alcoba

Marido y mujer duermen. Ella sueña que mata a uno de sus hijos. Al despertar, él le pregunta: ¿A cuál de los dos?



Pasos en falso

A veces la gente me confunde conmigo; a veces yo mismo me confundo y creo que es yo éste que viene conmigo.



Cierra el pico

Sus labios, que antes me transmitían su irreprimible deseo de vivir, ahora me cortan como el cuello de una botella rota.



Todo por servir se acaba

No, ahora ya no soy ni remedo de lo que fui. Argos muy disminuido, muy venido a menos, no me quedan sino dos ojos.



Bodas de oro

Lo que los mantenía unidos era el deseo secreto de saber quién de los dos quedaría en pie cuando la muerte los separase.



Testigo de calidad

Cada que veo a la pobrecita de mi sombra, tan frágil, tan contrahecha, tan perdida en las llanuras de la tristeza, lloro por mí.



De los castigos de la realidad

Ay, cómo le pueden a mi cuerpo las cosas minúsculas: una piedrita en el zapato, una espina en un dedo, una basurita en el ojo.



A tiro de piedra

Brazos raquíticos, pecho hundido, piernas enclenques, hombros retraídos, caderas huesudas, ojos aguanosos. Pinche espejo.



La fórmula exacta

Hubo una vez un niño que deseaba con todas sus fuerzas ser escritor, y que perdió la fuerza del deseo en cuanto probó el dinero.



Confesionalidad

Cuando se te van los ojos tras el cuerpo de una mujer, pero lo que deseas en verdad es una buena sopa caliente y un bistec suavecito.



Prenatal

Para no dejarle nada al azar, decidieron saberlo de antemano. Iba a ser niño. De inmediato, el futuro papá presintió a un enemigo.



La fe y la ciencia

Casi desahuciado entró al quirófano. La operación duró más de diez horas. Lograron salvarle la vida. Su esposa suspiró: otra vez será.



Animales de tragedia

Desconfía del hombre, o del cocodrilo, o de la mujer, o del ángel que no llora. Que no juega. Que no canta. Que no sueña. Desconfía.



Primeros registros de la historia

No es Abel quien le da la espalda a Caín; es Caín el que huye de Caín, porque sabe de lo que es capaz por esa primera y única mujer en el mundo.



Nada tengo que ver

Está bien, si quería romperse la madre tirándose desde el séptimo piso, está bien, allá él, pero por qué chingaos tenía que venir a caer sobre mi coche.



Historia a tientas

Una mala cirugía de catarata y no la tanta luz en el infierno, fue lo que dejó al diablo ciego. Lo jorobado y cojuelo todavía no se sabe de dónde le viene.



Demanda de piedad

Contemplarte, acariciarte, besarte, acaso hundirme, amoroso y aleve a la vez, ora entre los labios de tu flor marina, ora en la redondez estriada de tu flor de fin del mundo. No más.




Agustín Monsreal (Mérida, Yucatán, 1941). Cuentistas, ensayista, poeta y periodista. Autor de más de una docena de títulos, entre ellos, Los ángeles enfermos (Joaquín Mortiz, 1979), Sueños de segunda mano (Folios, 1983), La banda de los enanos calvos (SEP, 1987), Lugares en el abismo (García y Valadés, 1993), Infiernos para dos (Antología 1979-1993) (UNAM, 1995), Tercia de ases (1978-1993) (fce, 1998), Desde el vientre de la ballena (Laberinto, 2010), Mínimas ficciones mínimas (BUAP, 2016) y Mamá duerme sola esta noche (JUS, 2016). Ha merecido numerosos premios y distinciones entre los que destacan el Premio Nacional de Cuento San Luis Potosí 1978 y el Premio Nacional de Periodismo 1982. En 1995, la ciudad de Mérida instituyó el premio de cuento que lleva su nombre. Un texto suyo, compilado por Eduardo Antonio Parra, forma parte del volumen IV de la colección Sólo cuento, y en 2016 Voz Viva deMéxico publicó el audiolibro Cuentos para no dormir esta noche, ambos volúmenes editados por esta Dirección de Literatura. Fue premiado en Poesía, Cuento y Varia Invención en el Concurso II de Punto de partida.