POESÍA/No. 191


 

Poemas



Luis Miguel Cruz

 
 

SI MIS POEMAS no pueden ser sentidos
aunque tal vez dicen lo contrario
o nadan con espaldas aparentemente indiferentes,
si no tienen un vínculo lejano con algo afuera (aunque no declaro nada)
si hay un hilo, un hilo de araña
si hay un nudo de tensión sobre mi propio cuerpo
sobre el que rebota cualquier espada macedónica
Digo, que si los poemas y su espacio alrededor
que habla de quelque chose
de un viento
de un viento viento
sin helicópteros
(y no aludo a ninguna imagen afuera ni quiero)
sino tienen un hilo, un hilo de araña,
un nudo de tensión sobre mi propio cuerpo
entonces no valen la pena.



PARA HABLARLE AL mundo doy la espalda a mi hija
junto las manos y alejo el aire en otra dirección
van pensamientos, malas noticias, otros murmullos
De vuelta al acerico y la visión aérea
la sangre no corre igual
como toro contenido vuelto minotauro
la garganta tobogán de saliva lenta
las venas se destuercen dibujando un mapa más amable
fruto de otro fruto de otro fruto
y también hay pensamientos
pero se agrandan traspasan el techo



NOS VOLVEMOS mecanismos
poco engrasados
cuando nos damos cuenta que no servimos
como todos
tanto cuerpo para nada
y nos conformamos con pequeños textos
que nos hacen inmensamente felices

Nos hacemos afilados
máquinas solas
y en la cumbre
como dice Wallace
el aire en cintas majestuosas de sonido
Nos volvemos puntiagudos

nos volvemos
y decimos: Hola



SIENTO CÓMO endurece el titanio
                y fallan algunos circuitos
he enviado a mis propios Bowman y Poole
a explorar mis mapas interiores
como si se tratase de pastillas disolventes
los brazos que han agarrado y dado forma a tantos instrumentos
son como “brazos cansados”
se ha hendido el antes poderoso tórax
y los ojos mismos voraces y avizores
cuencos caballos que se estiran a la luz
cabalgan después en campos de tarde
siguen desvelándose a morir por la pasión de la vida
aun siendo los últimos exploradores de las regiones existentes
acá mi Amundsen de cuarenta acá mi Lindenberg
y yo aún no sé quién soy
en mi cuenco férreo
mi armasijo rondacalles
la fina columna Eiffel de huesos simulados
me demoran estos pulmones tragamundo
pero no arrojan respuestas sólo aire



Honda

Me quitaron el corazón
ya había sido suficiente
para entrar a la vida adulta

pararrayos celeste imán bola de fierro en bruto
circuitos sin cambiarse arreglarse o aceitarse en mi cabeza
No habrá corazón dibujado en el árbol
ni Dorothy traerá uno
con sus botas rojas de infanta angelical
He visto mucho con mis ojos diseñados
mis pensamientos son ganchos alzados en el tiempo
Una hoja no revive con otra seca
pero si la pones en el verde...
es toda mi sabiduría de robot
He visto mucho pero no lo suficiente
cometas chatarra pasto y lodo
la línea horizonte y el rebaño de las nubes
sombras de la tarde sombras en mis ojos
aquí en el cementerio de robots
mi chispa es atravesada por un rayo de luz



CANSADO DE ESTAS rodillas huecas
el antiguo furor
hace eco en los espacios ágiles
y parece la primavera venir de nuevo
                                           sin venir
por mis articulaciones fluye un aceite denso
parecido a la savia o a la vitamina b
No pido mucho
sólo quiero el amor reivindicante
y ser eternamente joven y feliz



Sueñan los androides

He vencido las bruscas moles del desánimo
tasajeado sentimientos inculcados
pasado por mí, mi servidumbre fiel y estoica
mientras los martillos golpean mi cabeza
y el corazón se hace añicos bajo sólidas camisas abotonadas
a bit on fast
Paz para mí por el deber cumplido
y el estómago se duerme ardiendo como un pozo de verdad
invoco el sueño del hombre, pterodáctilo
descanso entre los dones
perdido en el sin fin perdido en mí
duermo solo duermo
no sé nada de mí
y en lo más hondo
sueño con mujeres
sueño con mujeres de verdad



INTENTANDO DETENER el día
para que dure y dure
No porque la noche sea mala
(hay buena cosecha)
pero el viento es imperdible
No tan pronto de una noche en otra
Intento detener el tiempo
levanto el pestillo
para retener la luz
y se fija en lo inmediato
No huyas del momento
seducido por la cumbre de desdicha que es prolongada y fecunda
me digo
trato de quedarme con el sentimiento de la serpiente ansiosa de luz
pero como cayendo de un peñasco altísimo
viene la noche




* Los poemas, a excepción de los dos primeros, pertenecen al libro inédito El robot único.


Luis Miguel Cruz (Xalapa, Veracruz, 1977). Estudió Lengua y Literaturas Hispánicas en la UNAM y Música y Filosofía en la Universidad Veracruzana. Obtuvo la beca del Foeca Veracruz en la categoría de Novela (1997-1998) y en Poesía (2011-2012). Ha colaborado en distintos medios impresos y digitales. Tiene dos libros de próxima publicación. <http://faunaterrena.blogspot.mx/>.