EDITORIAL/No. 183



Escribo esta nota envuelta en la triste noticia de la muerte del poeta Juan Gelman, coherente como pocos, admirado por generaciones de lectores y escritores. Y encuentro, entre tantas citas de su obra que inundan las redes sociales y los periódicos, estas palabras por demás pertinentes: “La lengua es la patria de muchas patrias, la infancia, el hogar, una manera de ver el mundo, de hablar con él, y es una dicha grande para mí haber nacido en castellano.” Así, con la certeza de que la patria es más la lengua que el azaroso pliegue de las fronteras, Punto de partida ha realizado desde hace varios años esta serie de muestras de la obra de nuevas generaciones de la literatura en castellano, racimo de voces que comparten y enriquecen el país grande nombrado Hispanoamérica.

Toca esta vez a la nueva poesía de Cuba, y con esta edición cerramos el trío dedicado a las Antillas Mayores: Dominicana, Puerto Rico y Cuba. Tres poéticas que comparten rasgos —el abordaje de la insularidad, por ejemplo— y enfrentan particularidades evidentes por las dispares historias de los tres países, y que juntas resultan un afortunado subconjunto del inmenso panorama de las letras entre el río Bravo y la Patagonia.

Los poetas Jamila Medina, en la isla, y Leonardo Martínez, en México, han preparado una muestra de doce autores, la mayoría residente en Cuba, todos nacidos entre 1981 y 1989, agrupados en lo que se conoce como Generación Y o Generación Cero (en el primer caso, haciendo referencia al uso reiterado de nombres que empiezan con esa letra del alfabeto —costumbre común a varios países del Caribe—; en el segundo, al hecho de que estos autores empiezan a publicar o a darse a conocer en el mundo de la literatura en la primera década de este siglo). Esta generación se empalma, según los antólogos, con la de los años noventa: “comparten varias carencias voluntarias: ni liderazgos ni amansamientos grupales ni debate ni choque generacional ni evento polémico ni plataforma ideoestética ni utilidad ideológica ni manifiesto literario, aunque sí algunas revistas digitales pululando por la red”. Algunas de las características enunciadas, he de decir, las comparten también con poetas contemporáneos de otras latitudes, como se puede apreciar en varios de los grupos antologados previamente en esta publicación.

El número abre, en el Árbol Genealógico, con la poeta Soleida Ríos, ganadora del Premio Nicolás Guillén 2013, quien generosamente comparte con nosotros estos inéditos de su libro A wa nilé. En la ilustración reproducimos una serie de imágenes de la cotidianidad cubana, obra de la fotógrafa Jenny Sánchez.

Sirva, pues, esta muestra para acercarnos a ese otro punto de la patria grande que es nuestra lengua española. Feliz año.

Carmina Estrada