DEL ÁRBOL GENEALÓGICO/No. 182


 

Poemas



Tal Nitzán

 

 

En los tiempos del cólera

Estamos frente a frente,
de espaldas a las desgracias del mundo.
Tras los ojos cerrados
y las cortinas corridas
azotan de repente
el siroco y la guerra.

El siroco se calmará antes,
la leve brisa
no revivirá a los muchachos baleados,
no enfriará la furia de los vivos
El incendio
Aunque demore ha de llegar,
“Hará falta tanta agua” etc.,
nuestros brazos no alcanzan más allá
de nuestro cuerpo:
somos una masa azuzada
a aferrarnos y mordernos,
amurallarnos en la cama
mientras arriba, en el ozono,
se abre una sonrisa burlona.

Traducción de Florinda F. Goldberg




El canario
(Diseño de interior)


Pasaremos el canario de la cocina al baño
pasaremos el ordenador del balcón a la cocina
al niño y su cuarto pasaremos al balcón
meteremos nuestra cama en un rincón de su pieza
meteremos a la niña en el espacio que sobró
tomaremos otro medio empleo
tomaremos otro medio préstamo
renunciaremos a otra hora de sueño
pediremos otra última prórroga
borraremos del alma el
recuerdo querido de
el auto robado
el monedero perdido
la ventana rota
y si se estrecha ampliaremos
y si se amarga endulzaremos
y si empieza a agrietarse
tenderemos los brazos y lo rodearemos todo.

Traducción de Florinda F. Goldberg




Tarde con niña

Te levantaste con mejillas ardientes
y la carita contraída por la pena de despertar.
Tristeza de tres años:
presentimiento de las tristezas que aún te aguardan.
Qué podría consolarte.
Sigo escribiendo con una mano,
acariciándote con la otra.
Tú no piensas en mí —
quizás en un caramelo o un león,
quizás en un tren.
Yo tampoco pienso en ti —
en la fría bruma de enero
que flotaría entre la pantalla y yo
si no te acurrucaras aquí.
Ahora empiezas a impacientarte.
Yo también:
Me estorbas escribir el poema sobre ti.

Traducción de Florinda F. Goldberg




En qué país
(fragmento)

Sentada al borde de la piscina, chapoteo con mis pies.
Alguien me empuja y caigo al agua. Quizás no me hubiera empujado
de haber sabido que no sé nadar, pienso mientras me hundo.
Me sumerjo hasta que los dedos de mis pies tocan el fondo y subo.
Saco afuera mi cabeza y sé que ahora debo gritar “¡auxilio!” antes de
hundirme nuevamente pero me olvidé en qué país estoy y en qué idioma
hay que gritar.

Traducción de Gerardo Lewin




El punto de la ternura

 

                                    …at the hour when we
                                    are trembling with tenderness
                                    lips that would kiss
                                    form prayers to broken stone.

                                                                   T.S. Eliot


Aquí reside la ternura.
Aun si al corazón, en su mutismo,
se lo tragó la ciudad como a una piedra,
debes saber: éste es el punto de la ternura.
Dame la mano en este mundo.
Vi a una madre hablándole rencorosa a su hijo,
asolándolo con palabras;
vi plegarse un edificio hasta el polvo
con lentitud, un piso dentro de otro.
Cuánto debemos apiadarnos,
cuánto apaciguar.
Cuando se cierra la noche
sobre una nuca no besada
ya no hay remedio: cada ahogo
de cada garganta,
tiene sólo una cura.
Mira, simplemente,
éste es el punto.

Traducción de Gerardo Lewin

 

 

 
 

Tal Nitzán (Jaffa, Israel). Poeta, editora y destacada traductora de literatura latinoamericana y española al hebreo. Ha publicado cinco libros de poesía. Ha compilado y traducido dos antologías de poesía latinoamericana. Obtuvo, entre otros, el Premio del Ministerio de Cultura para Poetas Principiantes, el Premio al Primer Poemario, el Premio del Ministerio de Cultura para Traductores, el Premio del Primer Ministro para Escritores. Su obra ha sido traducida a varios idiomas, y antologías de sus poemas se han publicado en italiano, francés, lituano, portugués y español.