DEL ÁRBOL GENEALÓGICO/No. 175


 

Poemas



Sergio Téllez-Pon

 

Enero

Ha sido el invierno más crudo
que se recuerde en los últimos años,
repiten en los noticieros televisivos
de la mañana, la tarde y la noche.

Señoritas vestidas con pocas ropas
dan el reporte meteorológico
y el pronóstico para los días siguientes
indica que la ola de frío no cesará.
Debemos abrigarnos bien, lo mejor que podamos,
con la ropa más invernal que se tenga en el ropero,
concluye una de ellas con una amplia sonrisa.

Lo poco inteligente que logra decir al vuelo
resulta un curioso comentario:
aquí no usamos calefacción,
no estamos preparados con la ropa adecuada,
ni para recibir una nevada o hacer nuestra vida con ella;
en estos días de enero será mi cumpleaños
y, pienso, justo serán los más crudos,
por lo demás, dar el clima
no debe de ser el trabajo más extenuante.

Los termómetros no llegarán a grados bajo cero,
al menos, no al grado de nevar, no temamos,
agrega el titular del noticiero cuando toma la palabra.
De inmediato me viene a la mente el poeta Montejo
quien se lamentaba por vivir en clima tropical,
donde no se ven caer los copos de nieve.
Más lamentable es nuestro caso: aquí ni es el trópico
y mucho menos, por más crudo que sea el invierno,
nos es dado contemplar la nieve caer por la ventana.

 

Enero de 2010

 



The sense of danger must not disappear (Auden)

basta
con mirar
arriba
abajo
una vez más
arriba
para sentir
el mareo
el vértigo
—aerofobia—
apoderarse
del cuerpo
alerta
el vacío
succiona
un impulso
y finalmente
saltar
para seguir
sintiendo
la sensación
de peligro
como cuando
se huye
de una
desconocida
calle
oscura



ijuana

 

A Lorena Mancilla

Miles de cruces llenaban hasta el fin el campo
Raúl Zurita

 

Querido Zurita, admirado Zurita:
†ijuana es un campo sin final:
Si se ve desde cualquier punto
Las cruces se suceden sin parar:
Son cruces las que te reciben
Al poner un pie afuera del avión:
Las ves porque te recuerdan
A todos aquellos que han muerto al cruzar:
Y esas casas que ves allá, hasta el cerro sin fin,
No son otra cosa sino cruces:
Son seres condenados a vivir.

También los gringos que caminan por la Revu
Yendo de bar en burdel y de taquería en putero,
Quienes se cojen a una puta de la Cuau,
Los maricones que no salimos de la plaza Santa Cecilia,
Quienes se inyectan en los picaderos de la Internacional,
Quienes se quedan dormidos en la playa arrullados por el Pacífico,
Quienes van y vienen por la 5 y 10,
Los que viven en la Líber o en la Independencia,
Son cruces, somos cruces irradiando nuestra desgracia de vivir.

†ijuana es la cruz que todos cargamos.

 

Tijuana, abril de 2008

 


Sergio Téllez-Pon (Ciudad de México, 1981). Poeta, ensayista, crítico literario, narrador y editor. Ha colaborado en distintas publicaciones tanto impresas como virtuales de México y el extranjero. Parte de su obra ha sido traducida al inglés, francés y portugués. Es autor de No recuerdo el amor sino el deseo (Quimera, 2008), y coautor de los libros Dos escritores secretos. Ensayos sobre Efrén Hernández y Francisco Tario (Tierra Adentro, 2006) y México se escribe con jota. Una historia de la cultura gay (Planeta, 2010).