No. 164/POETAS DE CASTILLA Y LEÓN/PRESENTACIÓN

 
De cero (otra vez)


Ben Clark



Para poder nombrarte he de estar quieto:
que en torno todo siga pero nada se mueva

Andrés Catalán



clark-01.jpgUn cuarto de siglo ha pasado desde la publicación de Esto era y no era, la lectura —y recopilación— en tres tomos que hizo Miguel Casado de los poetas de Castilla y León. En el prólogo del primer volumen, Casado hablaba de un acontecimiento entonces reciente —el I Encuentro de Poetas de Castilla y León, celebrado en Salamanca en diciembre de 1984—, que “pese a sus deficiencias, ha supuesto una importante ocasión de contacto para los poetas jóvenes de la región”. Podríamos decir que han cambiado muchas cosas desde aquel primer encuentro; será necesario hablar del traslado de estas “ocasiones de contacto” hacia otras esferas, atemporales, alejadas de la institución, que han nacido con la aparición de la red social. Pero habría que aclarar también que la quietud y el “desierto cultural” que describe Casado en su prólogo siguen presentes, impertérritos, preservados por el frío inmisericorde de Castilla y León. Así, los escritores de esta comunidad sufrimos una doble experiencia que amenaza con acentuar la bipolaridad de nuestros textos: vivimos una época de vertiginosa y emocionante evolución, y habitamos un espacio culturalmente desastroso, yermo y absolutamente opuesto al cambio. Ya lo dijo Casado hace 25 años, palabra por palabra: “ahora, de nuevo, se empieza de cero”.

¿Qué ocurre, entonces, con la poesía en Castilla y León? Una respuesta analítica a la altura de las circunstancias vendría a decir que poca cosa. Salamanca, culta y limpia, sigue festejándose a sí misma como Capital Europea de la Cultura —desde hace casi diez años— ofreciendo cada vez menos cultura y ocupándose con recelo de que las distintas instituciones de la ciudad actúen de espaldas a las demás; Palencia es un misterio cultural por resolver; Soria, según se nos recuerda siempre, una Ciudad de Poetas porque por allí estuvo, según se nos recuerda siempre, Antonio Machado; Valladolid acaba de descubrir que parió a Francisco Pino; la ciudad de Burgos le ha puesto nombre a un premio poético que ha dado bastantes buenos libros; Segovia —acueducto incluido– sirve de escenario para el HAY Festival; Zamora realiza congresos sobre Claudio Rodríguez; y León, que tantos poetas ha dado, lleva unos años viendo cierta resurrección cultural y poética que surge del empeño personal de varios jóvenes, y que poco tiene que ver ya con iniciativas institucionalizadas, como la colección “Provincia” de poesía.

La respuesta de los poetas jóvenes a este panorama anquilosado ha sido contundente: por un lado, crear nuevas plataformas físicas para su producción —mediante la fundación de pequeñas editoriales y revistas— y, por otro, aprovechar las facilidades que la web 2.0 ofrece para dejar atrás el aislamiento que impone la vida provinciana. No creo que sea muy aventurado decir que los poetas jóvenes de Castilla y León —y los poetas jóvenes que habitamos en Castilla y León— de principios de la segunda década del siglo XXI somos, con todo, los que más se han comunicado —o que más posibilidades de comunicación tienen— con otros poetas del resto de España y, por supuesto, de Latinoamérica. Que esta comunicación se produzca en la realidad es otro cantar, pero el aislamiento geográfico ya no puede constituir un factor a tener en cuenta a la hora de analizar los supuestos rasgos de una poesía que se supone, como indica el título mismo de esta selección, regional.

Ha sido, precisamente, la complejidad de estas conexiones la que ha dificultado mucho la selección de los autores que debía recoger esta antología, pero ha sido, también, gracias a esta misma complejidad que ha sido posible: casi todos los poetas que figuran en la selección tienen poemas colgados en sus blogs, en los blogs de otros poetas, cuentan con material publicado en distintos espacios virtuales —como, por ejemplo, Las Afinidades Electivas— y comparten, como se verá, menos rasgos formales en común que amigos en Facebook. La naturaleza misma de la red que venimos comentando ha hecho de ésta una selección, claro, caprichosa y arbitraria. Faltan nombres importantes, como José Ángel Barrueco (Zamora, 1972), perfecto ejemplo de una brillante voz poética que resuena mucho más allá de la provincia gracias a los espacios virtuales. Nombres que deberían estar, pero que faltan por cuestiones de espacio.

clark-02.jpgTodos los poetas aquí presentes nacieron en los años setenta u ochenta. Algunos no nacieron en Castilla y León —como Susana Barragués o Rafael Saravia, por ejemplo—, pero han desarrollado su trabajo en la comunidad y mantienen una estrecha relación con la misma. Algunos son autores con una sólida trayectoria y mucha experiencia, como Raúl Vacas o Jorge Barco, y otros, algo más jóvenes, esperan impacientemente la edición de su primer libro, como el burgalés Juan Cabárceno. Se advertirá un predominio de poetas salmantinos y de poetas relacionados con León. Esto ocurre por dos motivos: en primer lugar, porque son las dos ciudades donde hay más movimiento literario (en León cabe destacar la labor realizada por el Club Leteo y la publicación de la revista The Children’s Book of American Birds, de periodicidad semestral, que viene a cubrir el vacío existente en lo referido a publicaciones artísticas y literarias con origen en la ciudad de León, y que retoma, con sus particulares señas de identidad, el legado de anteriores publicaciones de la talla de Espadaña, Alcance o Claraboya). En segundo lugar —atendiendo a la abrumadora presencia charra—, el abajo firmante vive en Salamanca, donde lleva años implicado en algunas de las actividades poéticas de la ciudad, como la Sala Marte Poesía, la edición de la revista de arte y literatura Mombaça, el polémico I Campeonato Mundial de Poetas Pesados (http://www.poetaspesados.blogspot.com), los recitales poéticos de El Savor o Micro Abierto Salamanca.

El movimiento escapista que ofrece Internet no significa, sin embargo, que los poetas de Castilla y León escriban olvidándose de la obra que se compuso en aquella tierra, cuando no existía la democracia digital ni, en algunos casos, la democracia. La figura —tan olvidada por el Ayuntamiento de Salamanca— del poeta Aníbal Núñez (“único poeta español que permaneció intramuros de una ciudad de provincia toda su vida”, escribe Fernando R. de la Flor) está cada vez más presente, no sólo entre los escritores jóvenes de Castilla y León, sino entre todos los poetas jóvenes en lengua castellana del territorio nacional. El leonés Antonio Colinas vive y escribe en Salamanca, y su casa constituye un punto de encuentro para muchos poetas jóvenes, que reciben de aquél lecturas, consejos y recomendaciones para su obra en ciernes. El zamorano Tomás Sánchez Santiago vive y trabaja en León, donde también vive, claro, Antonio Gamoneda, poeta que se lee cada vez más y que, además, participa activamente en muchos encuentros culturales de dicha provincia organizados por los poetas jóvenes del Club Leteo. Claudio Rodríguez sigue siendo un referente, así como Francisco Pino. Tras su fallecimiento en mayo de 2009 se vuelve a leer la obra del poeta salmantino José-Miguel Ullán y, por otro lado, no hay que perder de vista la influencia de generaciones posteriores, como Juan Carlos Mestre o Juan Antonio González Iglesias en la producción última de la poesía de esta comunidad.

Para acabar quisiera volver sobre unas palabras del crítico y poeta Miguel Casado, con las que empieza el apartado de su estudio previo, en Esto era y no era, dedicado a la poesía última de Castilla y León. Se podía haber escrito hoy mismo, 25 años después, y, según parece, se podrá escribir dentro de 25 años. No cabe, al día de hoy, en Castilla y León, la esperanza en materia de gestión cultural y renovación. Sólo podemos esperar, como se ha esperado siempre, a que los libros —ahora electrónicos— recuerden a aquellos creadores que intentan ofrecer algo nuevo en el centro de esta meseta. Les dejo, pues, con Casado, y espero que disfruten de los poemas y de las ilustraciones tanto como lo he hecho yo mientras se confeccionaba este monográfico.

[El reciente I Encuentro de Poetas de Castilla y León] ha sido una muestra más de un panorama crítico lleno de confusión y equívocos. La valoración de la poesía actual, pese a la estrechez del ámbito de sus lectores, se mueve entre oleadas de tópicos, ya laudatorios, ya descalificadores; pero siempre esterilizantes, con ese lastre que la contemporaneidad parece arrastrar inevitable a la hora del análisis de los textos.]
Salamanca, 14 de octubre de 2010.

 


1 Miguel Casado, Esto era y no era, Ámbito Ediciones, Valladolid, 1985, p. 24



Ben Clark (Ibiza, 1984). Poeta y traductor. Actualmente reside en Salamanca, donde trabaja para diferentes instituciones culturales. Ha recibido diversos premios literarios, entre los que destacan el Primer Premio Arte Joven de Baleares 2005 por Cabotaje y el Premio Hiperión 2006 por su libro Los hijos de los hijos de la ira. Durante el curso 2004-2005 recibió una beca de creación de la Fundación Antonio Gala. Colabora con diferentes revistas literarias y con la prensa salmantina. Ha traducido a poetas como Anne Sexton y Edward Thomas. Desde el año 2002 escribe semanalmente una columna para el suplemento catalán Mola del Diario de Ibiza. Su obra aparece en diversos recuentos y antologías de la poesía reciente. Su blog es www.delversoyloadverso.com.

Nota: Para más información sobre los poetas seleccionados, escribir a This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.